'Me vendo muy mal'

Si no fuera por el hecho de que viste la camiseta de la selección española, nada haría pensar que Carles Marco (Badalona, Barcelona; 1974) es jugador de baloncesto. Comparado con los gigantes que le rodean, sus 180 centímetros le hacen pasar inadvertido. Silencioso, atento y extremadamente educado, el base asegura que nació para practicar el deporte pese a que nunca ha sabido venderse.

Pregunta. ¿Cuál es su primer recuerdo vivo del baloncesto?

Respuesta. El de mi tío, Agustín Cuesta, jugando en el Cotonificio. Yo tenía entonces ocho años.

P. ¿Se dedicó al baloncesto por la fama, por el dinero, por las mujeres...?

R. Simplemente, porque me gustaba.

P. De no haber sido baloncestista, ¿dónde se le habría encontrado?

R. Imagino que en cualquier lugar en el que pudiera hacer algo relacionado con el deporte.

P. Su mejor viaje fue a...

R. La primera vez que viajé a Croacia.

P. A Marte se llevaría...

R. A mi familia.

P. Cuando se levanta...

R. Me levanto rápido e intento empezar el día con energía.

P. Y, antes de irse a dormir, siempre...

R. Pongo el despertador.

P. Cuando está con sus amigos, ¿es el bromista, el gruñón, el simpático, el borde...?

R. El gracioso, el simpático.

P. En vacaciones le gusta...

R. Descansar; practicar otros deportes, como el golf, y estar con la familia.

P. ¿Cómo se ve el mundo desde arriba?

R. Hombre, yo lo veo como la gente normal.

P. Véndase.

R. Me vendo muy mal, pero diría algo así como 'chico trabajador busca...'.

P. ¿Cree que le compraría alguien?

R. Supongo que no. ¡Tendría que venderme mejor!

P. Del american way of life, ¿con qué se quedaría?

R. Con pocas cosas. No me gusta su forma de vida.

P. Y de la vida española, ¿qué les recomendaría a los estadounidenses?

R. La comida, la gente y el clima.

P. Este Mundial se recordará por...

R. Porque intentamos hacer algo grande.