El Rayo no derriba a un Alavés que se olvida de ganar
Entre que uno, el Rayo, no pudo y otro, el Alavés, no se sabe bien si quiso o no, el empate tiene una pinta de lógico que asusta. Y que conste que si alguien mereció ganar fue el Rayo. Aunque sólo fuera por su insistencia. Por pesado. Vivió encerrado los últimos minutos el Alavés, sin ganas, o sin capacidad de asomarse más allá del medio del campo, pero el empeño del Rayo no encontró premio.
Una ocasión de gol tuvo el Rayo en la primera parte y un gol marcó. Sucedió en una de esas jugadas en las que habitualmente no suele pasar nada. Pero tratándose de una acción a balón parado, y estando el Rayo de por medio, cualquier cosa puede ocurrir. Un saque de banda, Bolo que peina y Dutruel que se lanza en plancha para despejar con una urgencia impropia de lo que allí ocurría. El rechace se estrelló en el muslo de un Julio Álvarez que pasaba por allí y que alborozado se fue de allí.
RAYO VALLECANO 2| ALAVÉS 2
Rayo Vallecano: Etxeberria; Corino, Mainz, De Quintana, Graff; Julio Álvarez (Mauro, m. 76), Pablo Sanz (Onopko, m. 65), Azkoitia, Peragón; Bolo (Camuñas, m. 83) y Bolic. Alavés: Dutruel; Geli, Abelardo, Karmona (R. Navarro, m. 69), Téllez, Ibon Begoña; Pablo, Astudillo, Desio (Magno, m. 69), Jordi; e Iván Alonso (Ochoa, m. 81). Goles: 1-0. M. 22. Saque de banda que peina Bolo, Dutruel despeja y Julio Álvarez marca. 1-1. M. 38. Geli envía largo desde la derecha, Jordi mete al centro e Iván Alonso empuja. 2-1. M. 64. Julio Álvarez, de penalti. 2-2. M. 72. Magno se interna en el área por la derecha y cruza con habilidad. Árbitro: Puentes Leira. Amonestó a Bolic, Pablo Sanz, Desio, Magno y Karmona. Unos 10.000 espectadores en el Teresa Rivero.
Nada había hecho el Rayo hasta entonces y poco el Alavés, que, sin embargo, igualó y dejó el choque en un punto muerto del que nadie supo salir. Un penalti hubo a Jordi, que bien pudo ser y no se pitó, y otro a Peragón, que bien pudo no ser y se pitó. Por delante se colocó el Rayo, pero Magno dejó el asunto en tablas, como corresponde a un partido en el que el Rayo puso el empuje, el Alavés la capacidad de reacción, y en el que parece increíble que hubiera cuatro goles. Porque fútbol, lo que se dice fútbol, hubo más bien poco.
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