'El clima político y ETA pervierten el debate sobre el modelo de Estado'
El profesor Ferrán Requejo defiende regular el 'derecho de secesión'
El catedrático de Ciencia Política Ferrán Requejo defiende una reformulación del Estado de las autonomías porque este modelo no ha logrado integrar dentro del sistema a los nacionalismos vascos y catalán. Propone un estructura federal del Estado, en la que las naciones minoritarias tengan un alto grado de autogobierno e incluso reconocido el 'derecho de secesión', aunque reconoce que el clima político en Euskadi y ETA impiden abordar este debate.
Ferrán Requejo (Barcelona, 1951) considera 'urgente' una reforma constitucional para 'acomodar a las naciones minoritarias, como el caso vasco, dentro la democracia liberal', aunque observa en el PP y el PSOE una concepción 'extremadamente centralista y unitarista' del Estado. 'Son dos partidos profundamente nacionalistas, imbuidos por el nacionalismo español', lo que a su juicio deriva en 'una excesiva rigidez en la interpretación del constitucionalismo tradicional'. 'Los polìticos tienden a asociar siempre Estado y nación, lo cual es un lastre conceptual y una visión demasiado uniformista y recentralizadora' que obstaculiza la 'modernización del Estado'.
Requejo considera que 'el clima político en el País Vasco' y 'la violencia de ETA' están impidiendo a la clase política una reformulación del actual modelo de Estado plurinacional. No obstante, opina que 'tan deseable es acabar con ETA como [lograr] la acomodación de las minorías nacionales por vía democrática'. 'La perversión del momento vasco', añade, 'es que esto está entremezclado. Decir que primero hay que terminar con ETA y después buscar un consenso político es una trampa, porque queda la impresión de que cuando se acabe ETA no habrá un pacto de Estado'.
Requejo proclama el 'federalismo plural' como el modelo de Estado 'más ajustado a las pretensiones del País Vasco y Cataluña', y lo califica de 'más moderno, democrático y liberal' que el actual Estado autonómico español. 'La gran paradoja y el gran fracaso de la Constitución de 1978 es que fue pensada fundamentalmente para integrar a los vascos y los catalanes nacionalistas dentro del sistema autonómico. Y son precisamente estos nacionalismos los que más insatisfechos están con el modelo autonómico. Ha sido una fórmula fallida. El problema no estriba en iniciar una gran descentralización del Estado, sino en la acomodación del Estado multinacional'.
El catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, esgrime tres condiciones para el adecuado ajuste de las naciones minoritarias, como Euskadi, dentro de una democracia plurinacional. 'La primera condición es que debe existir un reconocimiento constitucional explícito de la multinacionalidad'. En segundo lugar, Requejo cita el autogobierno: 'Las naciones minoritarias deben tener un grado de autogobierno en casi todo, a excepción de algunas cuestiones sensibles que deben pactarse con el Gobierno central, como las relaciones internacionales, la moneda, la defensa, los pasaportes... En todo lo demás, el autogobierno tendría que ser realmente amplio para que cada grupo nacional estuviera cómodo'.
Derecho de secesión
La tercera condición consiste en 'establecer mecanismos conjuntos de cooperación, puentes entre los gobiernos de las naciones minoritarias y el central, como el derecho de veto en el Senado o que la composición del Tribunal Constitucional, por ser un tribunal del Estado, refleje la realidad plural de ese Estado'. En su opinión, 'el problema de España no es de democracia, sino de liberalismo, es decir, de protección de las minorías nacionales'.
De las tres condiciones que forman el tronco central del modelo de federalismo plural propuesto por Requejo, el actual Estado de las autonomías sólo cumpliría media. 'Cumple a medias el autogobierno. En contra de lo que muchos políticos desinformados dicen, el País Vasco y Cataluña no son las colectividades más descentralizadas del mundo. Existen con mayor grado de autonomía en Bélgica, Canadá, Australia, Suiza y EE UU', afirma.
Requejo añade que los Estados plurinacionales deben regular el derecho de autodeterminación, aunque el profesor catalán prefiere utilizar el concepto 'derecho de secesión' por ser 'más claro y preciso' que aquél. 'Yo no soy secesionista, pero es ilícito negar a priori el derecho de secesión, porque no hay ningún argumento normativo ni ningún derecho constitucional básico que fundamente que las fronteras son permanentes. Soy partidario de regular el derecho de secesión y de no ejercerlo, porque de esta manera están bien acomodadas las naciones minoritarias en esa democracia'. El profesor catalán se inclina por una solución similar a la adoptada por la Corte Suprema de Canadá en 1998: 'una regulación del derecho de secesión para Quebec de una forma federal, pactada entre el Gobierno canadiense y Quebec'.
Finalmente, Requejo sostiene que la Ley de Partidos es 'innecesaria, improcedente e inconveniente', porque, a su juicio, 'por la vía penal se pueden castigar los comportamientos delictivos de los miembros de una organización'.
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