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Reportaje:

Menos robos y ruidos, por favor

Gerard Brackx, uno de los promotores del turismo belga en Benidorm, analiza los motivos de la crisis del sector este verano

El empresario Gerard Brackx, de 71 años, es uno de los pioneros del turismo de los Países Bajos en Benidorm. Fundó el operador turístico Jet Air, que mantiene 12 vuelos semanales que despegan desde Bruselas, Ostende y Lieja, y aterrizan en L'Altet. Sus empresas desplazaron 1.200.000 turistas en el último año, principalmente hacia España, pero también hacia Turquía, Grecia, República Dominicana, México y Cuba. Todo comenzó cuando Brackx inició en los años sesenta el transporte de turistas en autobús desde Bélgica a Benidorm. 'Tres días de carretera, a 10 horas por jornada. Era como venir de safari', recuerda este empresario que luchó hace décadas para que los hoteles de Benidorm abrieran en invierno.

Brackx, que regenta también el hotel Belroy Palace, es una de las voces más autorizadas para hablar de turismo europeo en Benidorm. Su caracter jovial y sonrisa permanente no le impiden reconocer algunos de los males que aquejan al turismo de la Costa Blanca. 'Los turistas, cada día, reclaman menos ruidos y más seguridad. Tengo muchas reclamaciones de clientes contra la inseguridad. Hace unos días, a las cuatro de la tarde, en la Avenida de Europa, le robaron a uno su reloj de la muñeca, se lo arrancaron y le produjeron rasguños. Los pequeños delitos crean más inseguridad que los grandes atentados', reconoce este empresario, quien se queja también del exceso de ruidos en la ciudad. Brackx incide en que el 80% de los turistas belgas que llegan a la Costa Blanca vienen en familia, este colectivo es el que se muestra más descontento con la contaminación acústica de Benidorm.

Al abordar el descenso que sufre el sector turístico este verano, Brackx reconoce que los hoteles son los más perjudicados. 'Han perdido un 10% de las pernoctaciones. Pero es que muchos turistas vienen a pequeños chalés y apartamentos propios, allí el verano es más tranquilo que en un hotel', asevera. A este factor hay que sumar la competencia que surge de otros países que se están promocionando. 'Cuando los aviones están llenos para España, como destinos alternativos aparecen la costa de Dalmacia, con Dubrobnik como centro, o Istria. Rumanía y Bulgaria también captan visitantes por sus precios baratos. Algunos operadores turísticos están invirtiendo para construir hoteles en el Mar Negro. Por el contrario, a las islas Canarias, principalmente a Tenerife, están llegando la mayor parte de los turistas que acostumbraban a ir a Israel', explica el pionero de turismo belga en Benidorm, quien lamenta cómo la compañía Jet Air mantenía tres vuelos semanales con este país, que ahora están cancelados.

Sobre el descenso del turismo belga hacia España en general, Brackx evalúa ese recorte en un 5% y explica las razones: 'los precios han subido en España más que en otros países. El nivel económico también ha bajado en Bélgica, y por eso hay menos pasajeros en los aviones, y cada vez aumentan más los viajeros en coche', reconoce el empresario.

Sin embargo, en este panorama los hoteles de mayor éxito para los europeos son los que ofertan las promociones de todo incluido. 'Son, sobre todo, hoteles en lugares apartados que buscan un turismo familiar. La mitad de los establecimientos de la República Dominicana funcionan así. En el momento de comprar el paquete vacacional, los padres de familia se quedan más tranquilos con esta fórmula, saben que no soportarán más gastos. En Benidorm hay algunos, pero son pocos', reconoce.

Bracks reflexiona también sobre el porvenir de las ciudades turísticas y reclama más atención de los gobiernos locales hacia sus clientes. 'Los turistas van donde hay capacidad hotelera. Y en esos lugares, los alcaldes necesitan los votos de los que viven allí todo el año, pero deben dedicar más atención a los turistas. Si hay turismo, habrá riqueza. Los turistas son los que generan el trabajo', concluye el empresario.

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