Las pantallas planas ya son una alternativa real a los monitores de tubo del ordenador

Las pantallas planas de cristal líquido TFT dejan de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en una alternativa real a los clásicos monitores de tubo para el ordenador. En el periodo que va de febrero a mayo de este año, el 15% de todos los monitores vendidos en España eran TFT, frente al 2% de 2001. Debido a su precio medio más elevado, la facturación de las pantallas planas representa ahora un tercio del total de monitores, según los datos de la consultora GFK.

La bajada de precio, de casi el 50% en el último año, explica este súbito interés por las pantallas planas en España y en los países desarrollados. Ahora, el precio medio de un monitor TFT de 15 pulgadas es de 600 euros, cuando en 2001 costaba 1.000 euros. Para esta segunda mitad de año, está previsto que el precio se mantenga. Lo que aumentarán son las prestaciones de los monitores TFT, con mayor ángulo de visión y nivel de contraste, así como un espesor mucho más reducido de la carcasa que envuelve el panel.

Los tubos de rayos catódicos, que llevan el 98% de los televisores y el 85% de los monitores vendidos en el mundo, datan de hace poco más de 100 años. En este tiempo se ha conseguido una definición asombrosa, con colores muy naturales y saturados. La parte frontal de la pantalla es ahora totalmente plana y rectangular, sin distorsión en los bordes, y además los monitores y televisores de tubo son muy económicos. Pero abultan demasiado y se comen gran parte de la mesa del ordenador o de la sala de estar. Peor aún, es imposible reducir mucho el espesor del tubo porque el haz de electrones tiene que recorrer cierta distancia para chocar con puntería en la parte frontal.

La gran baza de la tecnología de cristal líquido es que se puede fabricar un panel de pocos centímetros de espesor. Los primeros modelos, de finales de la década de 1970, tenían poco contraste y resolución, con escasos niveles de gris y se tenían que mirar frontalmente para ver algo. Con el tiempo se han mejorado bastante sus características.

El tamaño usual de las pantallas planas es de 15 pulgadas de diagonal (38 centímetros), con resolución fija de 1.024 por 768 píxeles, ángulo de visualización de 120 grados en vertical y horizontal y nivel de luminosidad de 300 a 1. Se fabrican de 20 pulgadas a precio razonable y existen de hasta 40 pulgadas.

El proceso de fabricación de los paneles de cristal líquido continúa siendo lento, caro, complejo y con errores. Se considera que un panel está libre de defectos, sin derecho a reclamación, si tiene menos de diez píxeles que no funcionan (sobre un total de 800.000 píxeles) y que se ven en forma de puntitos negros. Los paneles se agrupan por calidades y a cada una corresponde un máximo de defectos, aparte de sus características de tamaño, visualización y contraste.

Existen 16 fabricantes de paneles de cristal líquido de más de 10 pulgadas. Este año se fabricarán unos 33 millones y, por primera vez, se montarán más en monitores que en ordenadores portátiles, según la consultora DisplaySearch. Taiwan, también por primera vez, será el primer productor mundial de paneles, seguido por Corea del Sur. Entre ambos países acaparan el 75% de la producción mundial. El 25% restante, en Japón. En Europa y Estados Unidos no se fabrican paneles a escala comercial.

El primer productor mundial de paneles TFT es Samsung, seguido del consorcio LG y Philips. Después, compañías de Taiwan desconocidas en Occidente y que venden sus paneles a Sony, Viewsonic o a los ensambladores de ordenadores portátiles.

Samsung ha anunciado también un desarrollo tecnológico notable: la incorporación de una cuarta capa dentro del panel de cristal líquido que lleva la electrónica que controla los transistores TFT. Hasta ahora, los transistores que encienden y apagan los píxeles estaban gobernados desde el exterior del panel y los circuitos, disimulados detrás o en la peana del monitor. Con la integración, el panel será mucho más delgado y la carcasa, un marco de soporte del panel, sin bultos por detrás. 'Ya se comercializa un monitor con la electrónica integrada y en los próximos meses está previsto ampliar la gama', dice Fernando Jiménez, de Samsung España.

Otro avance viene de Sharp: fabrica paneles con niveles de contraste de 500 a 1 frente a los 250 o 400 actuales. Al aumentar el contraste se consiguen colores más vivos y saturados, similares a los de tubo, que ya se pueden emplear en televisores o en monitores para ver películas.

Gerard Borrut, responsable de productos multimedia de Sharp en España, reconoce que los monitores TFT no dan la suficiente calidad para ver películas ni funcionar como televisor: los colores se ven apagados. Con un nivel de contraste de 500 a 1, uno debe alejarse del monitor, a una distancia similar a la del televisor, para no perder la vista.

La solución de Sharp ha sido que los paneles ajustan el nivel de contraste según si funcionan como monitor o televisor. En el monitor presentan una imagen contrastada para aplicaciones informáticas y si se quiere ver una fotografía o película se aumenta la luminosidad. Estos híbridos de televisor y monitor se fabrican en 13, 15 y 20 pulgadas y tienen un ángulo de visualización elevado, de 170 grados, tanto en vertical como horizontal. Un destino típico son los ejecutivos que en su despacho necesitan ambos y así pasan con un sólo aparato.

En el de ángulo de visualización, también Hitachi ha llegado a los 170 grados con una disposición oblicua de los cristales líquidos: la pantalla se puede ver bien de lado. Otro progreso viene del tamaño. El más frecuente ahora en monitores es 15 pulgadas pero el de 17 pulgadas ya cuesta unos 1.000 euros y se anuncian monitores de 20 pulgadas por unos 2.000 euros. Igual que en los ordenadores portátiles: el 60% llevan una pantalla de 14 pulgadas pero los modelos con 15 pulgadas ya representan el 25%, frente al 10% de 2001. 'La popularidad de los monitores TFT ha provocado la mayor venta de portátiles con pantalla de 15 pulgadas', según la consultora Displaysearch.