'Hay que aprender a vivir para afrontar mejor el paso a la otra vida'
Isabel Valenciano creyó ver la muerte a la vuelta de la esquina. Hace seis años le diagnosticaron un cáncer de mama y pensó que el final del túnel era inminente. Entonces tenía 33 años, una hija de un año y un marido, como apoyos para afrontar su enfermedad. Psicóloga de profesión, trabaja en una asociación para la integración de personas con discapacidad y preside otra, Solc, a través de la cual proporciona terapias a pacientes tales como aprender a morir para disfrutar mejor de la vida.
Pregunta. ¿Ha creído ver alguna vez de cerca la muerte?
Respuesta. A mí me diagnosticaron cáncer de mama el 10 de diciembre de 1999. Lo primero que pensé es que iba a morirme enseguida. No sabría si llegaría a las Navidades ese año. Luego entré en la dinámica de las pruebas en centros de Alcoy y de Valencia y, poco a poco, fui superando el miedo.
P. ¿Cuál es su situación ahora?
R. Ahora estoy en la fase de revisiones anuales. Teóricamente estoy bien pero la duda siempre está ahí. Con esta enfermedad nunca se puede estar seguro del todo.
P. ¿A qué se dedica?
R. Estudié Psicología y trabajo para el Ayuntamiento de Alcoy en una asociación para la integración de personas denominada Tapis.
P. ¿Quién afronta peor una situación critica como la que le ha tocado vivir; el afectado o la familia?
R. La familia se aterroriza cuando les comunicas un diagnostico con posibilidad de muerte y no sabe que su apoyo es fundamental. La causa es que la sociedad actual no está preparada para afrontar la muerte y cuando llega una situación límite no suelen responder de la mejor manera.
P. ¿Se puede aprender a morir?
R. Nosotros en Solc hemos realizado este año un curso de preparación a la muerte al que han asistido unas 30 personas. La idea que intentamos transmitir es que hay que aprender a vivir para afrontar mejor el paso a la otra vida. La gente mayor muere de vieja y el trauma que crea no es tan grande como si fallece una persona joven. Los tanatorios se han convertido en edificios cada vez más bonitos en un ansia de camuflar y hacer de la muerte algo lejano cuando es algo a donde todos, tarde o temprano, iremos a parar.
P. ¿No le asusta hablar de estas cosas?
R. El miedo a la muerte es la reacción más habitual. Cuando uno recibe un diagnostico de cáncer enseguida lo asocia a lo peor. También a mí me pasó esta situación. Lo mejor sería aceptar la idea que puede ser que estos sean los últimos días para vivirlos desde la serenidad. Es muy probable que de esta forma uno esté alargando su vida.
P. ¿Qué más cosas enseñan?
R. La asociación lleva a cabo un programa de ayuda psicológica de grupo y otro de ámbito individual. También tenemos grupos de relajación de formación de voluntariado y otros para fomentar la autoestima.
P. ¿Cuántas personas integran esta asociación?
R. En suma somos ahora 100 socios pero también atendemos a gente de fuera. Por ejemplo en el Hospital de Alcoy hemos atendido a 50 personas que han necesitado de nuestra ayuda.
P. ¿Ha cumplido sus objetivos?
R. Queda mucho trabajo por hacer. Este es un buen momento para la asociación porque estamos recibiendo ayudas de los organismos oficiales y el reconocimiento en general. Ahora empezamos a salir fuera y darnos a conocer en escuelas e institutos. Creemos que es importante enseñar a los jóvenes que hay personas que han pasado por el cáncer y que están vivas. Esto es educar para afrontar mejor la enfermedad que antes explicaba. Creemos que el apoyo y la ayuda ha de ser integral.
P. ¿Y ustedes han creado escuela?
R. El nombre de la asociación SOLC ha llegado lejos. Nos han llamado de poblaciones vecinas con gente interesada en crear asociaciones como esta que ayuda a hacer más llevadera una situación complicada. Estamos en contacto con las asociaciones similares de Villena, Elche o Valencia con quienes hemos iniciado acciones en común.
P. ¿Cómo llegó a ser presidenta de Solc?
R. Solc es la asociación donde pueden encontrar ayuda los enfermos de cáncer. Cuando me enteré de mi enfermedad, casualmente yo estaba realizando un curso de voluntariado. Conocí a otras dos personas que estaban interesadas en poner un grupo de terapia para atender a personas que padecieran esta enfermedad. Llegamos a ser un grupo de cinco personas que logró poner en marcha la asociación en mayo de 1998.
P. ¿Qué sentido tiene su denominación?
R. Tomamos el nombre de la asociación del valenciano. Su traducción es surco. Como lo que te produce el cáncer cuando te llega a la vida.
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