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Reportaje:

Campeones en osadía y precocidad

Las competiciones de promoción creadas por el Circuit Ricardo Tormo de Cheste en 1999 se han convertido en una factoría de futuros pilotos de motociclismo

En el Circuit Ricardo Tormo de Cheste (Valencia) funciona una factoría de futuros campeones de motociclismo desde 1999, cuando se crearon las competiciones de promoción. El trabajo ha dado ya sus frutos. Y éstos tienen nombre y apellidos: Héctor Barberá, por ejemplo, el intrépido chaval de Dos Aguas que tiene un mundo por delante. Con apenas 15 años disputa el Campeonato del Mundo de 125cc, algo impensable hace 20 años, cuando los valencianos Ricardo Tormo, Champi Herreros, Aspar o Julián Miralles se jugaban el tipo en circuitos urbanos salpicados de trampas.

'Todo ha cambiado mucho', afirma Miralles, el ex piloto de Alberic que fuera campeón de Europa del cuarto de litro; 'Yo empecé a competir a los 17 años, mientras ahora con ocho ya son pilotos. Antes no teníamos medios, nuestras familias eran la mayoría humildes, gente que trabajaba muchísimas horas para que pudiéramos estudiar. Y la moto era un capricho que costaba mucho. Los chavales ahora van cumpliendo etapas, asesorados por gente que conoce este mundo; cuentan con mucho más respaldo y una tecnología más desarrollada'.

Héctor Barberá, con apenas 15 años, disputa el Campeonato del Mundo de 125cc
'A los chicos hay que presentarles retos, si no se creen que son los mejores y se confían'

Un mundo, según Julián Miralles, técnico deportivo del Circuit, que valora desde hace unos años la precocidad. Ahí están los casos de Barberá, un piloto de la cantera que ha alcanzado el punto de madurez necesario para irrumpir en el Mundial 2002. 'A los chicos como Barberá hay que ir presentándoles retos, porque si no se aburren, se creen que son los mejores y se confían. Es lo que hemos hecho con él. Ha ido cumpliendo etapas con éxito, y este año ya estaba preparado para ir al Campeonato del Mundo', explica Miralles, que ya anuncia otra hornada de cracks del motociclismo, entre los que podría estar su hijo Julián, de 13 años. Pero también Mateo Túnez, Antonio Rosique o Iván Encarnación. Éste cumplirá 10 años el próximo septiembre. Y ya hablan maravillas de él.

'El que es un figura lo ves desde las minimotos', asegura Miralles. Las minimotos es la categoría en la que compiten los críos más pequeños, a quienes sólo se les pide, una vez seleccionados, haber cumplido los ocho años. Los más diestros pasan a la categoría de 70cc, que antes era de 50cc. 'Para dar el paso a 125cc es mejor llegar de una cilindrada más potente como la de 70, porque antes había mucha diferencia entre las de 50 y 125', explica Miralles, que además de técnico desempeña el cargo de coordinador de la Fórmula Campeones, iniciativa que recoge todas las competiciones destinadas a curtir futuros pilotos de élite.

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Y los pilotos valencianos van siendo cada vez más, copando los podios de los distintos campeonatos, llegando cada vez más lejos. 'En el campeonato de España de 125cc hay un montón de valencianos: Héctor Barberá, Rubén Catalán, Julián Miralles, Sergio Gadea, Sergio Ballesteros, Javier Machado... En Cataluña se han dado cuenta de que los valencianos están entre los mejores, de que cada vez salen más pilotos de aquí, y ya están creando sus competiciones de promoción. Nos quieren imitar', señala el ex campeón de Alberic.

Para Miralles, estos años están sirviendo de aprendizaje, tanto para los técnicos como para los pilotos: 'Todos vamos aprendiendo, y esto beneficia a las próximas generaciones. Hay que tener en cuenta que al piloto hay que mimarlo, no puedes dejar a un chaval de 15 años solo, por muy bueno que sea. Barberá, por ejemplo, ha debutado en el Mundial sin apenas conocer los circuitos. No conocía ni el circuito de Montmeló. Cada año vamos viendo con qué nos topamos'.

Barberá, en efecto, es el último fenómeno surgido de la cantera del Circuit, que en su día tuvo la original idea de exprimir unas instalaciones excelentes, reclamadas durante muchísimos años por los aficionados valencianos al motociclismo. 'La Comunidad Valenciana tiene un clima fabuloso para el motociclismo, además de una afición muy fiel', afirma Miralles. El motociclismo valenciano, en definitiva, está de enhorabuena después de muchos años en el ostracismo. Y los futuros campeones son muy osados y precoces.

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