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La política, Teófila y el odio

Aunque sé que lo que voy a decir es básico, a veces conviene recordarlo ya que con el tiempo se suele olvidar. Se supone que la política es un noble ejercicio en el que unos hombres y mujeres se asocian en lo que denominamos partidos políticos con el fin de ofrecer al resto de los ciudadanos un proyecto mediante el cual esperan conseguir, entre otras muchas cosas, una mejor calidad de vida para todos. Presentados los proyectos, son los ciudadanos los que deben decidir qué opción les gusta más, es decir, quién debe gobernar y quién o quiénes se quedarán en la oposición. La labor del gobernante será entonces la de cumplir lo prometido, y la de la oposición la vigilancia de que se cumpla dicho programa electoral ganador de los comicios e, incluso, criticar aquello que se haga mal.

Desgraciadamente, el Partido Popular (PP) andaluz, encabezado por Teófila Martínez y seguida por los estómagos necesitados y agradecidos de unos jóvenes que vienen de la nada, no lo entiende así. Convierten sus críticas al rival en odio exacerbado al enemigo, y si alguien no piensa como ellos o simplemente quiere dejar de hacerlo es declarado en caza y captura (en Algeciras han llegado incluso a pegar miles de pasquines). No importa que las desavenencias sean puramente políticas e ideológicas. Ellos intentan alcanzar el poder mediante la descalificación y el acoso del enemigo hasta su exterminio y les da igual que la vida privada sea eso, precisamente privada, y que exista detrás una familia que sufre con estas actitudes.

Yo soy testigo y víctima de todo esto, aunque ya estoy curado de espantos y los insultos, injurias y calumnias me hacen poca mella. Siendo alguien que en su día decidió no seguir con ellos, nunca han aceptado democráticamente que varios miles de gaditanos quisieran en las urnas que yo les representara como miembro del Partido Andalucista (PA). Jamás han criticado mi gestión en la oposición en el Ayuntamiento de Cádiz, lo único que han hecho y siguen haciendo es acudir a la calumnia y la injuria para intentar desacreditarme personalmente, con una carga de odio tan tremenda que mucha gente aún se queda sorprendida. Pero en esta vida hay un consuelo para todo y el mío es ver que no sólo se comportan así conmigo sino que lo hacen con muchos otros políticos, estén donde estén, y si no que se lo pregunten al presidente de Andalucía, señor Chaves, al que insultan por doquier y, sin embargo, apenas critican su gestión, que es lo que deberían hacer como miembros de la oposición que son.

No soy nadie para dar un consejo y menos al señor Pimentel, por el que confieso que siempre he sentido y siento una profunda admiración no sólo política sino también desde el punto de vista profesional y por supuesto como persona, por lo que cuando leí que quería irse del PP, aunque no sabía adónde, me sentí reconfortado. Si alguien de su categoría dice esto, significa que no he estado equivocado en la decisión que tomé hace ya mucho tiempo, pero que tenga cuidado.

Lo que tiene que hacer la señora Martínez es liderar un partido político, el Partido Popular y no la 'Pandilla Popular', y para demostrar a los andaluces que tiene un proyecto y no algo personalista, que empiece cambiándole el nombre a la página web, 'PPAndaluz.com' -por ejemplo- en lugar de 'Teófila.com', y luego dedicarse al noble arte de la política, debatiendo con rivales y no con enemigos. Estoy seguro de que no sólo los andaluces se lo agradecerán sino también muchos de sus compañeros de partido que hasta ahora han callado prudentemente.

Como ve, señora Martínez, crítica política toda, insultos e intromisión en la vida privada, ninguna.

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Julio Braña Pino. Portavoz del PA en el Ayuntamiento de Cádiz.

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