'Deberían poner un espectáculo de magia en lugar del telediario'

Alejandro López García, estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones, es Jandro: Premio Nacional de Magia Cómica. A sus 25 años, se maravilla con la esencia de la magia: el directo, y se asombra con la manera en que la realidad la trata: 'Yunke es un valenciano Premio Mundial de Grandes Ilusiones en 2000 y nadie le ha felicitado', no obstante, 'la gente está dispuesta a pagar una entrada por seguir a Copperfield en las pantallas del Sant Jordi'. Desde La Canyada (Paterna) prepara el Mundial que se celebrará en Holanda, el año que viene.

Pregunta. ¿En la era de Internet tiene más futuro ser mago o ingeniero?

Respuesta. Mago. Un buen mago gana más que un buen ingeniero.

P. ¿Y para ser un buen mago?

R. Hay que ser distinto.

P. ¿Su magia se parece a la de Tamarit, se juega el tipo como Houdini o vuela como Copperfield?

R. Hago espectáculos de teatro, donde la risa se produce por el truco. Y me arriesgo. Hago como que me estrangulo; en otro efecto me desaparecen la cabeza, las piernas, atravieso mi cuerpo con una cuerda y mantengo una batalla con una fiera en una jaula de transportar animales. Houdini a mi lado, no tiene nada que hacer.

P. ¿A quién metería dentro de esa jaula, si pudiera?

R. Creo que la jaula es demasiado pequeña para todos los que hay que meter.

P. Copperfield compara la experiencia de ver alucinar a su público con un orgasmo, ¿su magia es para tanto?

R. Deben ser diferentes los orgasmos españoles y los americanos, o ese tío debe ser virgen.

P. ¿Cómo empezó con la magia?

R. Con la típica caja de Magia Borrás y luego los fascículos de Tamarit.

P. ¿Cuántos magos profesionales puede haber en España?

R. Que vivan bien no habrá más de un centenar.

P. En su web (www.magojandro.com) dice que sus números no son aptos para políticos porque ambos engañan, ¿teme que descubran sus trucos?

R. No, ellos temen que descubramos los suyos y se les acabe el chollo. He tenido algún roce con alguno y me han prohibido hacer comentarios si hay políticos, aunque pienso que tienen un gran sentido del humor.

P. ¿Qué haría desaparecer de la realidad?

R. La realidad en sí. Me sorprende más que la ficción. Deberían poner un espectáculo de magia en la hora del telediario. Lo más alegre que hay es el Mundial y para ver fútbol todo el día...

P. Los magos se han esfumado de la tele.

R. Los hay con cuentagotas. Está Jorge Blas, que cambió Antena 3 por el Disney Channel. Ahí no me meto o no lo cuento.

P. ¿Cómo puede ayudarnos la magia cómica?

R. Mucho. Hacemos magia en el Hospital La Fe y se ha notado una mejoría en la actitud de los niños. Las empresas se están dando cuenta de que son bastante aburridas y también contratan a magos para presentar sus productos.

P. ¿Ha empleado sus astucias para conseguir algo?

R. No lo puedo contestar porque todavía no he acabado la carrera, pero sé que los magos hacen algún truquito en consigna para evitar pagar el sobrepeso.

P. ¿El tirón de Harry Potter ayuda a ligar más?

R. Algo he oído, pero no he aprendido los trucos. Y Harry Potter es un pringado. La única que hace magia es la empollona repipi.

P. Magic Andreu imparte una asignatura de magia en la Universidad Politécnica de Cataluña. ¿Ha propuesto algo similar en la Politécnica de Valencia?

R. Sí, se aceptó, pero éramos cuatro magos para un alumno y se tuvo que suspender. Pretendíamos que a través de la magia el estudiante perdiera el miedo a una entrevista de trabajo, por ejemplo.

P. ¿Hay muchas envidias entre los magos?

R. Hay bastante buen rollo entre nosotros. No es como nos sacan en las películas.

P. ¿Cómo está valorada la magia en España?

R. No hay cultura para ver magia. El mago es para el espectáculo infantil de mediodía. No verás un mago en un teatro. La magia es cultura y es la única en aglutinar todas las artes. El teatro porque tienes que ser un buen comunicador, la música y la escenografía, porque retocamos y construimos nuestras propias cosas. Lo bueno de la magia es que esté a 15 metros.

P. ¿Qué hay que hacer para educar a la gente?

R. Ver buena magia. A Tamarit lo ves en directo y cuando llegas a casa alucinas en colores. Cuando ves a Copperfield te sabe mal haberte gastado 12.000 pesetas para verlo peor que en la televisión.