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La tormenta de lluvia y piedra causa inundaciones y cortes de carretera

Los Bomberos de la Generalitat efectuaron ayer más de 60 salidas en el Barcelonès

Bajas temperaturas, fuertes lluvias, granizo y cinco centímetros de hielo en algunas carreteras: este insólito agosto de 2002 empieza a parecerse más a un inclemente noviembre. El Barcelonès, el Maresme y las comarcas del Vallès recibieron ayer un manto de agua y piedra que obligó a los Bomberos de la Generalitat a salir en más de 60 ocasiones a causa de domicilios particulares anegados. Tráfico cortó la Nacional II en ambas direcciones también por inundaciones.

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En algunas poblaciones, como Mollet del Vallès, la tormenta fue de granizo y la autopista, a la altura de Sant Celoni, ofrecía un aspecto fanstasmagórico con los arcenes cubiertos de blanco. El gran tamaño de las bolas de hielo caídas por la zona dañó toldos y persianas. A consecuencia de las fuertes tormentas se produjeron también diversas averías en la línea de distribución eléctrica de la compañía Fecsa-Endesa, que dejó sin suministro a usuarios de Mollet del Vallès, L'Hospitalet de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Parets del Vallès, Barcelona y Badalona.

En el Maresme, una vez más, las fuertes lluvias volvieron a ensuciar las playas. Las rieras bajaban ayer muy cargadas de agua,aunque no con la intensidad de la semana pasada, arrastrando grandes cantidades de restos sólidos. La tormenta desatada en la zona obligó a los Mossos d'Esquadra a cortar la carretera Nacional II en ambas direcciones a su paso por Montgat. En Sant Feliu de Codines se registraron 82 litros de agua por metro cuadrado, en Orís 43, en Badalona 41 y en Granollers, 30. En Badalona, por ejemplo, cayeron más de 27 litros en sólo 30 minutos. El granizo también afectó a otras zonas del Alt Penedès y del Garraf, mientras que en el Pirineo las precipitaciones lo hicieron en forma de nieve, como en el caso de Certascan.

Aparte de las molestias que la situación climatológica de estos días ocasiona a la población en general, muchos turistas contemplan desolados que este verano el clásico binomio sol y playa no está funcionando en absoluto. Ayer se registraron en casi toda Cataluña temperaturas más propias del otoño que de un agosto mediterráneo, y las constantes lluvias trastocaron los planes de muchos veraneantes.

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