'El concejal no adscrito permite penalizar a los tránsfugas'
Pregunta. El transfuguismo es un fenómeno que muestra cada poco tiempo la peor cara de la política ¿Se ha avanzado algo en su combate?
Respuesta. El vicepresidente Rajoy y yo fuimos los principales promotores del acuerdo contra el transfuguismo. El acuerdo que firmamos en 1998 era un pacto de caballeros, de higiene democrática, y en él el Gobierno, entre otras medidas, se comprometía a estudiar la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) para que los tránsfugas no pudieran participar en mociones de censura hasta que hubiera pasado un año del abandono del grupo en el que salió elegido. Hasta ahora, el Gobierno no ha hecho nada. Es verdad que no es fácil desde el punto de vista constitucional fijar cualquier restricción a los derechos de los concejales.
P. ¿Y a escala autonómica?
R. En Andalucía hay una proposición no de ley en el Parlamento que insta a profundizar en ese sentido. Desde la mesa de partidos se ha hecho un trabajo serio cuyas conclusiones se han trasladado al Consejo Consultivo. Hemos convocado en dos ocasiones una mesa regional para valorar y calificar las mociones de censura. Una sobre la de Salobreña, que ganó el Partido Popular con una tránsfuga de Izquierda Unida, y otra sobre La Algaba. En la primera, el PP se negó a aceptar el dictamen de la mesa y en La Algaba el PSOE retiró su apoyo a la moción de censura.
P. ¿Cuál de los dos partidos se porta peor?
R. El PP practica una doble moral sobre el transfuguismo. Son los principales promotores del transfuguismo y protagonizaron la acción política más fea de los últimos años, que fue el pacto con el GIL. Ellos saben que ese partido no tiene ninguna relación con los intereses generales.
P. ¿Qué se puede hacer?
R. Lo central para combatir el transfuguismo es modificar la LOREG, y a escala regional el Consejo Consultivo nos asegura que el margen de maniobra del Gobierno andaluz sería la creación de una nueva figura que sería la de los concejales no adscritos. Esto permitiría penalizar política y económicamente a aquellos que abandonen el grupo originario. En la actualidad pasan al grupo mixto y tienen los mismos derechos que los otros.
P. ¿Pero cómo se decide quién es un tránsfuga?
R. Por ejemplo, Nueva Izquierda fue una escisión de IU y nunca se consideraron tránsfugas. La escisión del PSA del Partido Andalucista es una escisión ideológica, por lo que sea, pero está claro que no son tránsfugas. Ambos tienen la voluntad de permanencia, regularizan su situación con la creación de un partido. Un tránsfuga usurpa la voluntad popular para primar sus intereses.
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