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Puigneró necesita un socio que le inyecte 24 millones de euros para salir adelante

La textil ya cuenta con apoyos para levantar la suspensión de pagos

Puigneró ha puesto ya las bases para levantar el próximo 26 de septiembre la suspensión de pagos que declaró a finales de 2000, por 138,23 millones de euros. Pero no basta. Para salir adelante, a la mayor textil catalana le urge aliarse antes de final de año con un socio capaz de inyectar cerca de 24 millones de euros, según fuentes de la compañía. Los contactos con la mexicana Cautex acaban de reanudarse. En paralelo, Puigneró espera resultados de la visita que harán en septiembre los responsables de la china Shandong Bhinzhou.

Es una carrera de obstáculos. A los convenios que la empresa ya ha firmado con el grupo de acreedores preferentes (la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y el Instituto de Crédito Oficial) para saldar en tres años, por una parte, 48 de los 111,19 millones de euros que les adeuda con la futura venta de la macroplanta de Roda de Ter y, por otra, para pagar los 63,11 millones restantes en un plazo de 12 años, se ha sumado el goteo de apoyos de los acreedores ordinarios.

A este segundo grupo, Puigneró le debe 26,44 millones, pero los acreedores sólo recibirán el 30% de esta cantidad. Para el resto, se ha planteado una quita. Según fuentes de la compañía, este pacto para este segundo grupo de 2.000 acreedores ya ha recibido el apoyo necesario (75% del total) para levantar la suspensión de pagos dentro de un mes y medio, tal como el director general de la compañía, Pere Puntí, explicó hace un par de meses.

Pero el problema es llegar vivo a la fase siguiente. El coste de la reconversión de Puigneró, incluidos el cierre de Roda y las indemnizaciones para el recorte de 1.000 empleos, asciende a entre 18 y 24 millones de euros.

Por ahora, Puigneró, que tras el levantamiento de la suspensión de pagos se segregará en dos (en correspondencia con las plantas que le quedan en Prats de Lluçanès y Sant Bartomeu de Grau), ha recibido una ayuda de 12 millones de euros del Instituto Catalán de Finanzas (ICF). Pero sería complicado desarrollar el plan de viabilidad con los recursos que puedan generar ambas compañías en un contexto de crisis, y en particular en el sector textil. Pese a la esperada recuperación en el segundo semestre del año, Puigneró ya ha renunciado a alcanzar los 60 millones de facturación previstos inicialmente para 2002, y ya daría por bueno llegar a 48 millones.

Con esta realidad se encontrarán el presidente de Shandong Bhinzhou y el gobernador de la provincia cuando, en la primera semana de septiembre, visiten las plantas de Puigneró. Tanto el grupo chino como el mexicano Cautex buscan alianzas para llegar a posibles clientes en Europa, pero la crisis no juega a favor.

Puigneró está a la espera de una respuesta definitiva de Bruselas a las ayudas recibidas de la Generalitat, que motivaron un expediente informativo en otoño pasado. Bruselas no consideró suficiente la información aportada y hace dos meses reclamó garantías de que la reconversión de Puigneró, comprendido un recorte de producción significativo, es 'irreversible', de que el plan se ejecutará en un plazo razonable y de forma íntegra, sin distorsión de la competencia y con una ayuda proporcional a costes y beneficios de la reestructuración. En junio, la respuesta fue clara: tras la venta de Roda, la producción baja un 8% y se encoge de 22.371 a 3.000 toneladas. En hilados, se ha pasado de los 215.000 husos del año 2000 a 30.000. En telares, de 650 a 400 y el fin es alcanzar 250.

La tarea que le queda por delante a Puntí en Puigneró es ingente. La Generalitat le ha tanteado para dirigir la mutua L'Aliança, donde trabajó en el pasado. Puntí desmintió rotundamente hace unos días que hubiera alcanzado ningún acuerdo con la entidad para incorporarse a ella en noviembre.

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