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Campeonatos de Europa al aire libre | ATLETISMO

¡Cómo son los de Cieza!

Cómo son los de Murcia. Más aún. ¡Cómo son los de Cieza, la tierra del melocotón!

'Soy del pueblo de Camacho, el que fue seleccionador [español de fútbol]', advierte de entrada Juan Manuel Molina. No hace falta que lo jure.

Molina, de 23 años de edad, espigado marchador de 1,80 metros de estatura y 58 kilos de peso, medallista de bronce en los 20 kilómetros en sus primeros Campeonatos de Europa, es un torrente. Le basta con que alguien, alguno de los periodistas, le pregunte que de dónde ha salido para que se lance de forma incontenible.

'Para vosotros seré una novedad', espeta, 'pero soy campeón de Europa sub 23 y el año pasado también fui el segundo en la Universiada. Estudio educación física y hago marcha porque sí; porque en Cieza, aunque no lo sepáis, hay una gran tradición de marcha'.

'En Cieza', continúa explicando, 'está Vázquez, un gran marchador que fue olímpico en Atlanta 96, que ha hecho escuela, y también está mi entrenador, José Antonio Carrillo, y detrás de mí viene apretando gente muy buena, como Benjamín Sánchez, que es uno de los mejores júniors del mundo. Ya lo sabéis, Cieza es la fuente de la marcha del futuro'.

Y ahí no se quedó el joven Molina, el sorprendente, mal que le pese, medallista de bronce. 'Vale', prosiguió; 'yo no entraría en vuestros pronósticos, pero no será porque no os lo advertí. Ya dije yo que Paquillo estaba un escalón por encima de los demás, pero que yo saldría a luchar por la plata'.

Fue bronce a dos minutos del inalcanzable Paquillo y a 40 segundos del veterano ruso Vladimir Andreyev, un eterno de 36 años que ya fue bronce en Sydney 2000. 'Pero ya lo advertí. Ya dije que estaba muy fuerte', insistió Molina.

El marchador del pueblo de Camacho llevaba todo el año preparando la cita de Múnich. Siguió para ello las últimas tendencias del atletismo español, que consisten en fuerza y altura.

Entrenamiento de fuerza para tener un tronco y unos brazos tan fuertes como los de Korzeniowski, su ídolo y el de todos. 'Aunque he estado en México, en la Semana de la Caminata, y he venido admirado de cómo mueven la cadera los mexicanos', agregó Molina; 'tengo que aprender más de ellos, mi punto más mejorable, el movimiento de cadera'.

Lo de la fuerza se lo ha trabajado en el gimnasio, con las pesas, y lo de la altura lo ha resuelto con un mes de estancia y entrenamiento en La Puebla de don Fadrique (Granada), a 1.600 metros, donde ha efectuado mucho trabajo de volumen, o sea kilómetros y kilómetros, y otro mes algo más alto, en Font Romeu, en la Cataluña francesa, a 1.800: 'Allí hice más trabajo de calidad'.

Y ahí no se acabó. A Molina le faltó una última advertencia: 'Y en el futuro, en los próximos campeonatos, no descarto luchar por el oro con Paquillo'.

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