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Entrevista:GÉRARD HOULLIER | Entrenador del Liverpool | FÚTBOL

'Defender es una actividad creativa'

Gérard Houllier (Thérouanne, Francia, 1947) entrenó al Lens y el París St. Germain y se hizo cargo de la Dirección Técnica Nacional (DTN), de los equipos juveniles y de la selección absoluta francesa. Después colaboró con Michel Platini durante la preparación del Mundial de 1998. Su fichaje por el Liverpool le llevó a colisionar con la herencia de Bill Shankly, una cultura futbolística tan arraigada como en crisis. Ha conseguido dos Copas inglesas, una Recopa y una Supercopa europeas, la Charity Shield y la Copa de la UEFA. En octubre pasado sufrió un ataque cardiovascular, mientras presenciaba un partido, a causa del estrés. Fue operado a corazón abierto y permaneció cinco meses sin entrenar. Pero volvió al banquillo con un mensaje lacónico: 'Mi vida es el fútbol. Siempre ha sido así'.

'Fue un tremendo choque para un francés como yo adaptarme a un club inglés'
'El fútbol consiste en plantear problemas en la posición del contrario y resolverlos en la propia'

Pregunta. ¿Cuál fue su mayor logro como director de la DTN?

Respuesta. Si quieres mejores jugadores, necesitas tener jugadores mejor entrenados. Para eso tienes que mejorar el nivel de la educación de los entrenadores, porque son los técnicos los que trabajan con los jugadores. Es un efecto dominó. En Francia éramos demasiado restrictivos. No dábamos suficiente libertad creativa a los jugadores. Se ve en los efectos: Zidane y Dugarry llegaron después de la generación de Deschamps. Mejoramos la calidad de los técnicos a partir de poner énfasis en la necesidad de entrenar a los jugadores para que se atrevieran a asumir riesgos en el campo. Esto es, a driblar y utilizar más la técnica. Cuando los partidos están igualados y la táctica es compacta, un momento de brillo individual hace la diferencia. Eso le permitió a Figo marcarnos un gol el otro día, por ejemplo. La iniciativa del individuo en acciones espontáneas, sea cual sea el sistema, marca la diferencia. Ésa es mi filosofía.

P. Sin embargo, el Liverpool está lleno de automatismos.

R. Creo en una disciplina del juego. Debes tener información para poder explotar tus ventajas. Y también debes actuar con espontaneidad. No creo que Vicente del Bosque diga a sus jugadores cómo jugarl. Se trata de proveer al individuo de ciertos consejos para hacerlo más eficiente, más efectivo en su aporte al equipo y más efectivo en su trabajo como individuo.

P. ¿Cuál fue su mayor aporte en el Liverpool?

R. Mejorar la defensa. No puedes ganar nada sin una buena defensa. El Madrid fue uno de los equipos menos goleados en la Champions League el curso pasado. Perdió un partido de 17.

P. La defensa del Madrid ha sido muy criticada.

R. Pero hasta Zizou defendió. No hizo de stopper, pero hizo su trabajo. Participó en el momento más importante en el fútbol: cuando un equipo pierde la pelota y el otro la recupera.

P. ¿Por qué ese momento?

R. Porque cuando recuperas el balón, si actúas rápido y sabes pasarlo, el talento puede hacer la diferencia. Es el secreto de la eficiencia. Al revés, si cuando pierdes la pelota eres capaz de transformar tu maniobra y pasar del ataque a las posiciones defensivas, entonces permitirás al equipo superar el peligro. Todo comienza desde atrás en términos ofensivos, porque para atacar necesitas buenos pasadores. Y todo comienza delante en términos defensivos, porque los delanteros inician la presión. Es el juego de equipo. Necesitas un buen pase desde atrás para atacar bien y necesitas un buen primer movimiento delante, cuando pierdes la pelota, para defender bien. Brasil supo hacerlo con Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho. Defender no es esperar atrás y destruir. Necesitas moverte, achicar el campo. Es una actividad creativa. Si no eres capaz de reaccionar cuando te quitan el balón, el nivel técnico y la velocidad del fútbol moderno es tan alto que te rompen tácticamente con mucha facilidad. Arrigo Sacchi fue un pionero en esta suerte de defensa activa... El fútbol consiste en plantear problemas a la posición del contrario y resolverlos en la propia.

P. ¿Cúál ha sido el cambio más sustancial en el fútbol?

R. Veinte años atrás, los defensas eran rocosos, sólidos, fuertes. Ni buenos ni hábiles. Ahora tienes a Ferdinand, Maldini, Hierro... Marcan goles, defienden y, sobre todo, tienen muy buen pase. El de central es el puesto que más ha evolucionado en los últimos años. Tienen que estar preparados para cubrir la pelota y comenzar el juego. Torpedo Müller tenía el balón 40 segundos por partido y te metía tres goles. Hay defensas hoy en día que tienen la pelota hasta cuatro minutos. Lo he medido.

P. ¿Qué clase de futbolista echa de menos?

R. Es muy difícil encontrar especialistas de la banda. Los equipos se forman con dibujos en forma de diamante o triángulo. Se usan dos pivotes, más volantes en posiciones interiores que exteriores. Y si pones extremos pierdes el equilibrio. A menos que sepan defender, y eso es raro... Por cierto, España tiene a Joaquín y Munitis, que son interesantes.

P. Se le ha criticado por poner fin a la vieja filosofía del passing game en el Liverpool.

R. Según un estudio, dos tercios de los goles que se marcan en jugadas son de contragolpe. Un tercio se marca en ataques elaborados. Esto es irónico porque los equipos emplean dos tercios del tiempo de juego en enfrentar defensas cerradas, en ataque posicional. Este tiempo no llega a ser tan productivo como un contragolpe. Por eso debes entrenar los contragolpes. En el Mundial de 1994 Brasil hizo este tipo de juego. Supo cómo conservar la pelota durante mucho tiempo ante defensas cerradas para esperar el contragolpe.

P. ¿No hay una contradicción entre lo que es efectivo y la función del fútbol como entretenimiento?

R. Ganar siempre es entretenido. Hace dos temporadas el Liverpool tenía una media de dos goles por partido. Si no juegas bien, no puedes hacer lo más difícil del fútbol: marcar.

P. Su discurso se parece al de Scolari con Brasil.

R. Parreira y Scolari han sido los entrenadores más criticados de la historia del fútbol. A mí también me gustaría que me criticasen si gano una Copa del Mundo. En 1994 los técnicos más odiados, según las encuestas, fueron Parreira y Sacchi, los dos finalistas.

P. ¿Cómo vivió su adaptación al Liverpool?

R. Fue un tremendo choque para un francés como yo. Era un club con una tradición muy fuerte de técnicos de la casa. Shankly, Paisley, Fagan, Dalglish, Souness, Evans... Dirigieron al equipo sucesivamente durante casi 40 años hasta que yo me hice cargo. Era la tradición del Boot Room y mi llegada fue como el golpe de una ola contra todo eso. Pero me llevaron para aportar una cultura distinta en términos de entrenamientos y preparación.

P. Los mensajes y los métodos de Shankly eran sencillos. Los suyos son sofisticados. ¿Por qué?

R. Ahora los jugadores son estrellas, multimillonarios. No podemos tratarlos como a niños. Debes explicarles por qué haces cada cosa. Es mejor convencer que imponer. No puedes dictar órdenes traumáticas. Debes generar un impulso dinámico en la gente. Debes darte a conocer y ser honrado y sincero con los jugadores. Debes hacerles entender que lo que pretendes es hacer que den lo mejor de sí mismos. Que no entrenas por entrenar. Entrenas para practicar la victoria.

P. ¿A qué atribuye el éxito de los técnicos franceses en Inglaterra?

R. No sé si la forma de entrenar tiene algo que ver. El jugador hace la diferencia. Como director general, quizá tengas más influencia que como mero entrenador. Contratar a los jugadores adecuados es una clave. Tigana, Wegner y yo hemos acertado a la hora de fichar. En el sentido de que los extranjeros que hemos elegido han sido mejores que los nacionales en su puesto. Ahora, en el Liverpool, hemos fichado a Diouf [reciente goleador mundialista con Senegal].

P. ¿Qué opina del fracaso de Francia en el Mundial?

R. La Copa del Mundo se celebró demasiado cerca de otros eventos que desgastaron a los jugadores. Zidane jugó la final de la Liga de Campeones el 15 de mayo y el 29 debió jugar con Francia un amistoso. A los jugadores del Arsenal y del Chelsea [Petit, Desailly, Henry y Vieira] les pasó lo mismo. Estaban fatigados mentalmente. No tuvieron tiempo de descansar.

Gérard Houllier, en su casa de Liverpool en noviembre pasado.
Gérard Houllier, en su casa de Liverpool en noviembre pasado.REUTERS

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