'Hacen la guerra para hacer el amor'
Pasea por el anfiteatro romano de Mérida un personaje indómito, desmesurado, obsesivo: Petensilea, la reina de las amazonas, la guerrera que ayudó a Príamo, rey de Troya, y que termina suicidándose mentalmente al comprobar que ama a su víctima, Aquiles: 'Soy actriz y debo hacer todo el espectáculo de la forma más profunda,
sintiéndolo de verdad. No interpreto, lo vivo todas las veces, y nunca es la misma cosa', dice Maddalena Crippa, la protagonista de Pentesilea.
Un sobrio vestido negro apunta un toque extraño en el rabioso secano extremeño. Incluso un pañuelo, también negro, defiende su garganta de los rigores del aire acondicionado. Dice vivir un periodo feliz 'como mujer y como actriz' y achaca a su padre 'la pasión por el teatro y por España. 'Pentesilea fue un texto que siempre amé'.
Peter Stein arropa y cuida sobre el escenario esa felicidad que dice sentir la actriz. Y no dudó en acudir a ella para este montaje basado en uno de los más atractivos personajes de la mitología, en una versión muy especial de Heinrich von Kleist. 'Como actriz, mi cuerpo, mi voz, mi estómago son un instrumento de Kleist para llegar a la gente. Y debo estar abierta sentimentalmente, para que la tragedia pase a través de mí y llegue al público'. Crippa sabe lo que es trabajar bajo las órdenes de un director exigente. Su primer montaje con Peter Stein se remonta a 1989 con Titus Andronicus y, antes de Petensilea, paseó el Schoenberg Kabaret por diferentes festivales internacionales. Su nombre se asocia a otros directores como Gianni Amelio, Alberto Sironi, Salvatore Nocita o Luigi Squarzina. Sobre el plató cinematográfico debutó en 1980 con Los tres hermanos, de Francesco Rosi. Su serena belleza acompaña un diálogo en el que necesita el gesto de las manos para enfatizar esa pasión que siente por el teatro: 'El tiempo, el lugar y la escena dejan fluir las emociones. Aquí no hay mando a distancia. Sólo en el teatro se pueden vivir de forma profunda estos sentimientos... Se puede transmitir muchísimas cosas, emociones, tragedias...'. Crippa se siente orgullosa de su personaje, de la historia de las amazonas, cuenta y no para: 'Las amazonas hacen la guerra para hacer el amor..., pero no para enamorarse. Es una demostración de fuerza. Nadie creía que estas mujeres pudieran crear un reino propio. La ley de las amazonas dice que deben combatir al hombre y someterlo para la procreación, para continuar la especie, pero no deben enamorarse'.
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