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VISTO / OÍDO
Columna
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Los ladrones

Hemos ido viendo a Mario Conde y a algunos de su banda entrar en la cárcel; vemos ahora, esposados, a dos directivos de la WorldCom en Estados Unidos. Ya no le pasará a Berlusconi: ha hecho aprobar una ley de impunidad que le salvará de los cuatro delitos de los que se le acusa, y quizá de alguno más. Viendo páginas de periódicos, se ve a Menem investigado por posibles cuentas ilegales en Suiza. Y un artículo de un catedrático de México sobre Pinochet: 'Vivirá su invierno gozando de pensión y fuero en su plácida casa del campo chileno'.

Bueno, son indicios de un solo día de quienes son nuestros ladrones. No importa que poco más atrás una encuesta del CIS explique que los ciudadanos creen que hay una relación estrecha entre la delincuencia y la inmigración. Era ayer, el mismo día en que en la primera página se veía la fila de los trece ahogados recuperados en Tarifa: mujeres embarazadas, hombres, niños. Sería posible que así nos hayamos librado de unos que venían a provocar la inseguridad ciudadana. También hay otros culpables, ya que a los ahogados no podemos negarles su calidad excelsa de víctimas: Marruecos, claro; la corrupción de sus guardias; las mafias organizadas. No vamos a acusar a la ley de extranjería, al Gobierno, a los cónsules que niegan visados de entrada: esos son los nuestros, los que nos libran del tirón a la viuda que acaba de cobrar. Diremos que la pobre anciana disponía cada mes de una cantidad con la que apenas podía comer, y el miserable ha dejado en el hambre: nunca se nos ocurrirá culpar a quienes dan pensiones de hambre y quienes dejan sin trabajar a los tironeros. Es otra historia siendo exactamente la misma.

Ah, cuidado: parece que uno culpa a la democracia y al capitalismo. No sería justo. Uno de los más seguros comunistas de Cuba, Robaina, chico de las juventudes, miembro del Comité Central, que llegó a ministro de Exteriores, acaba de ser expulsado, denigrado; no sé si estará preso ya, y si quizá un día le fusilarán. Eso sí, sus tentaciones le vinieron de nuestro sistema, y parece principalmente que de nuestro Abel Matutes, que fue un asombroso ministro de Asuntos Exteriores.

Un hombre del sistema de antes de que hubiera sistema. (También salía ayer en los periódicos: las navieras en las que participa dominan el tráfico del 90% de los pasajeros a las Baleares. Dicen los medios que eso parece raro).

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