Los proyectos del Consell para rehabilitar el monasterio de La Valldigna se estancan

La Generalitat mantiene congelados dos ambiciosos proyectos de rehabilitación en el monasterio de Santa María de la Valldigna: la finalización de las tareas de desescombro y consolidación de la estancia conocida como el Palau de l'Abat, y la reconstrucción de la bóveda estrellada de la Sala Capitular. Esta última actuación fue incluida en los actos conmemorativos del Any Borja, hace dos años, pero no llegó a ejecutarse. El coste previsto de las obras asciende a 900.000 euros (150 millones de pesetas).

Ayer, el director general de Patrimonio, Enrique Esteve, visitó el cenobio cisterciense junto a la subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar. Esteve reiteró que estos dos proyectos 'se realizarán en los plazos previstos', es decir, entre este año y 2003. Promesa que ya hizo en enero y repitió en marzo, las dos ocasiones en las que Esteve ha acudido al monasterio para asistir a actos institucionales. Lo cierto es que los plazos no se cumplen y la rehabilitación de estas estancias se encuentra paralizada. Según diversas fuentes, los proyectos de intervención ya han sido elaborados y están a la espera de que la Generalitat dé su visto bueno y comprometa la dotación presupuestaria.

El monasterio de Santa María, ubicado en Simat de la Valldigna, declarado patrimonio histórico-artístico nacional en 1970, fue adquirido por la Generalitat en 1991 en estado ruinoso. El cenobio cisterciense, único en el antiguo Reino de Valencia y uno de los más influyentes de la Corona de Aragón, recibió su último gran impulso para la recuperación de parte de su esplendor en 1998. Ha sido además declarado por la Unesco sede del Consejo Mediterráneo de Cultura y, por ello, centro impulsor de estudios para la recuperación del patrimonio y gestión cultural en los países del Mediterráneo, aunque carece de un espacio físico en el recinto para poder llevar adelante este reto. Esteve aseguró que su departamento ha reiniciado contactos con su homólogo en Madrid para que el claustro gótico del Palau de l'Abat vuelva a la Valldigna.