Efecto pobreza
Los problemas de los mercados financieros crecen a medida que el buque insignia hace agua. Incluso la contabilidad nacional de Estados Unidos se ha visto contaminada por la creatividad contable, a juzgar por la severa revisión a la baja de las cifras del crecimiento económico de los últimos meses. Los inversores creyeron entonces en un espejismo que, hoy, es arena y poco más, lo que les empuja irrevocablemente a la salida.
La economía real nota la ausencia del efecto riqueza que genera la Bolsa, como muestra la caída del consumo privado en Estados Unidos -que supone dos tercios del PIB- en el segundo trimestre hasta el 1,9% desde el 3,1% del primero, y las empresas no parecen capaces de soportar el doble peso de sus problemas contables y de una caída del consumo.
El mercado español abrió con una tímida subida como consecuencia de la tibia valoración que Wall Street hizo el día anterior de los datos de crecimiento, pero muy pronto las cosas volvieron por los cauces habituales y el papel se hizo con los mandos. El Ibex 35 perdió el 2,79% y el índice de Madrid el 2,40%, caídas que se inscriben entre las ocho más fuertes del año y que confirman el paso de las bolsas por una etapa de grandes convulsiones. París bajó el 5,11%, Londres el 4,73% y Francfort cedía el 3,17% antes del cierre. En esos momentos la Bolsa de Nueva York bajaba el 2,09%.
Los valores bancarios fueron ayer los protagonistas destacados en la Bolsa española ante la evidencia del contagio de la crisis argentina a otros países de la zona. Las recientes devaluaciones de las divisas de Brasil y Chile pueden forzar una nueva tanda de provisiones a las empresas españolas que, en cualquier caso, parecen decididas a poner al día su contabilidad a toda prisa.
La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta los 1.534,95 millones de euros.
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