La estrategia en tiempo real se estrena con la llegada en 1992 de 'Dune II'

Las bases de tres nuevos géneros dentro del mundo del videojuego aparecieron durante los primeros años de la década de 1990. Por un lado, el género de los juegos de acción en primera persona con Wolfenstein 3D, por otro, el de los survival horror o juegos de terror, con Alone in the Dark, y por último, el género de la estrategia con el mítico Dune II, padre de lo que hoy se conoce como estrategia en tiempo real o ETR.

Dune II, de la compañía Westwood Studios, está considerado por muchos entusiastas de la estrategia en tiempo real como el precursor de todos los juegos del género que se han creado más tarde, desde Command & Conquer, hasta incluso juegos como Homeworld.

La película de David Lynch

Muchos lectores se preguntarán por qué el padre de la estrategia recibe un título como si fuera la segunda parte de otro juego. La razón es que Virgin Interactive compró los derechos sobre el universo Dune, después del estreno de la película de David Lynch basada en la novela de Frank Herbert.

Poco después, Virgin cedió los derechos a la compañía Cryo para que creara un videojuego, de ahí surgió un título mezcla entre aventura y estrategia de nombre Dune. Y durante el mismo año 1992, Virgin apostó por Westwood para que creara otro videojuego para las plataformas PC y Amiga, al que se llamó Dune II, y que sentaría las bases de la estrategia en tiempo real.

En Dune II, el jugador debía escoger una de las tres razas que se disputarían el control del planeta Arrakis. Por un lado, se presentaba la Casa Atreides, por el otro la Casa Harkonnen y, por último, una raza creada por Westwood especialmente para el juego llamada la Casa Ordos.

Una vez elegida la casa a la que querían pertenecer, el juego mostraba un mapa donde el usuario debía comenzar a recoger recursos. En este caso se trataba de recolectar la preciada especie Melange, que permitía obtener las construcciones y la maquinaria defensiva necesaria y fabricar unidades que, a su vez, se enfrentarían al enemigo.

La principal diferencia entre este juego y la experiencia de los títulos anteriores del género de la estrategia basada en turnos es que Dune II era más rápido y vivaz. Los efectos de las unidades eran inmediatos, se había acabado aquello de tener que esperar a que el adversario moviera sus unidades para poder desplazar las suyas.

En Dune II todo se sucedía de una manera más cercana a la vida real, no se debía esperar el turno. La acción ocurría como en una batalla real, donde el adversario no espera a que le toque el turno para atacar, sino que lo hace cuando cree que las condiciones son las adecuadas.

Otro aspecto que asombró a la crítica fue la creación del árbol de recursos que, aunque ya había sido implementado en Civilization, la compañía Westwood supo darle un nuevo enfoque, ya que una simple estructura se podía convertir en otra más grande y más eficaz que permitía a su vez ganar nuevas misiones.

Dune II también supuso una transformación en cuanto a la inclusión de diferentes razas, aspecto que han perfeccionado compañías como Blizzard con su Starcraft. La inclusión de razas permitía jugar una y otra vez con este título desde la perspectiva de una nueva raza, creando muchas más horas de adicción.

Órdenes con voz

Los gráficos eran bastante buenos para la época, y el sonido sentó también las bases de próximos lanzamientos dentro del género de la estrategia, ya que las voces de las unidades dando la confirmación de las órdenes ha sido un gran recurso y se han convertido en un estándar dentro de la creación de este tipo de videojuegos.

Después de este primer Dune II aparecieron otras secuelas basadas en este prometedor modo de juego, Dune II: Battle of Arrakis, Dune II: The Building of a Dinasty, Dune 2000, del año 1998 un paso importante en la serie, y Emperor Battle for Dune, que fue lanzado al mercado en el año 2001. Sin embargo, indirectamente otros juegos con títulos muy diferentes han utilizado la idea base de Dune II, con gráficos más espectaculares y otras mejoras pero, en definitiva, la misma concepción de juego.