El campeón se pasea en casa
Michael Schumacher celebra su quinta corona mundial ganando en Hockenheim
Es tan superior que aburre. Cuando Michael Schumacher está en pista los demás apenas cuentan. Nadie es capaz de importunar al campeón. Ni siquiera el colombiano Juan Pablo Montoya (BMW Williams), que ayer acabó segundo pero que nunca fue una amenaza real para el piloto de Ferrari. Schumacher se paseó en casa y ganó su 62º gran premio en el circuito de Hockenheim. Igualó así su propio récord -que comparte con Mansell- de victorias en una temporada: lleva nueve en 12 carreras, y faltan aún cinco para la conclusión.
Fue la mejor forma de celebrar su quinto título mundial. Schumacher es el más grande, y todos han tomado ya conciencia de ello. 'Lo que más siento', comentó el alemán en la conferencia de prensa, 'es que mi hermano Ralf no haya podido concluir segundo [fue tercero], porque toda la carrera ha sido una batalla entre él y yo'. 'Pero', agregó, 'para mí es una gran satisfacción volver a ganar aquí [lo había hecho ya en 1995]'.
La cara de Montoya adquirió un tono agrio al escuchar aquellas palabras. Estaba sentado junto al mayor de los Schumacher y no le gustaron. Pero esta vez le tocó encajarlas. Eran ciertas. La carrera fue de una monotonía espantosa, rota en cuentagotas por algunas aportaciones de Montoya y Raikkonen (McLaren Mercedes), por las contínuas desgracias que persiguen a Rubens Barrichello y a su Ferrari, o por el problema mecánico final que obligó a Ralf Schumacher a entrar en boxes a cinco vueltas del final, cendiendo así la segunda posición al colombiano.
La imagen de un Barrichello desesperado antes del inicio de la carrera comienza a ser habitual. Ayer, el segundo piloto de Ferrari al que todo el equipo había prometido apoyo para asegurarse el subcampeonato, descubrió que su coche tenía problemas en la caja de cambios y correr hacia el coche reserva para entrar en la parrilla de salida en el último segundo.
En la carrera, sin embargo, lo más emocionante fue el adelantamiento que realizó Montoya a Raikkonen en la 11ª vuelta para colocarse cuarto. El finlandés no se resignó hasta después mantener un duelo brutal que llevó a los dos pilotos a pisar la hierba con los coches rozándose y salvando con trazadas paralelas diversas curvas. El colombiano ganó, sin embargo, el pulso y se instaló en una cuarta plaza de la que no hubiera salido a no ser por las nuevas desgracias de Barrichello, que tardó 21 segundos en concluir su segundo paso por boxes en la vuelta 46ª, y por el problema final de ajustes electrónicos que obligó a Ralf Schumacher, segundo toda la carrera, a visitar los talleres.
El español Pedro de la Rosa, por su parte, sigue perseguido por el infortunio. Ayer realizó una buena salida, pero en la primera vuelta tuvo un problema en la transmisión de su Jaguar y se vio obligado a abandonar. 'No tengo mucho que decir', se lamentó el piloto de Cardedeu.
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