Sin becas

Acabo de comprobar el nivel de exigencia económica y académica establecido por el Ministerio de Educación para la concesión de becas universitarias. El MEC acaba de denegar la beca a una alumna cuyas circunstancias son las siguientes: familia de cuatro miembros computables (matrimonio y dos hijos); los únicos ingresos familiares son los del cabeza de familia, que es profesor de enseñanza secundaria. La alumna a la que se le deniega la beca ha obtenido matrícula de honor en 2º de bachillerato y posee un 8,75 como nota de acceso a la Universidad. Además tiene un hermano cursando ya estudios universitarios (por supuesto, sin ayuda del MEC).

Los motivos aludidos para denegar la ayuda son: 'Por superar los niveles de renta, tras consultar los datos que sobre su unidad familiar obran en poder de la Administración tributaria'.

No lo creía hasta que lo he podido comprobar de manera palpable. En España, un profesor de enseñanza secundaria que vive honradamente de su trabajo, si tiene dos hijos que llegan conjuntamente a la Universidad tendrá que detraer de su salario mensual lo necesario para pagar matrícula, libros, transporte, manutención y residencia de ambos, aunque sean excelentes estudiantes. El MEC no acudirá en su ayuda.

¡Que se las arreglen como puedan!

Eso sí, para compensar, el Estado financia estudios a familias con ingresos muy superiores a los de un profesor de enseñanza secundaria, pero cuyos ingresos no figuran en la Administración tributaria, que ni se entera ni hace nada por enterarse.

Afortunadamente, los estudiantes universitarios extremeños están recibiendo ayudas compensatorias de la Junta de Extremadura, que demuestra de esta manera una sensibilidad social bastante superior a la del Gobierno central.

Señora ministra: ustedes pueden hablar de política de becas, pero casos como el descrito demuestran que dicha política es discriminatoria e injusta con muchos estudiantes españoles.