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CURSOS DE VERANO

"Las mujeres maltratadas viven experiencias cercanas a la tortura", según el catedrático Enrique Echeburúa Asegura

) El catedrático de la Universidad del País Vasco Enrique Echeburúa, ha afirmado en Laredo que "las mujeres maltratadas viven experiencias cercanas a la tortura durante periodos muy prolongados hasta que la situación se hace insostenible y tienen que pedir ayuda".

Bajo el título 'La violencia contra las mujeres. Un problema en alza', Echeburúa ofreció en una conferencia una descripción ajustada de los perfiles y circunstancias que conducen a los maltratos, un fenómeno que, cada semana, cuesta la vida en España a una o dos mujeres. Explicar por qué una mujer aguanta durante años los maltratos físicos o psíquicos de su pareja, hasta llegar a veces a la muerte, requiere un análisis del contexto social y personal del maltratador y de su víctima. Un estudio que ayer centró la conferencia celebrada dentro del ciclo de los XVIII Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria.

Los estudios realizados en el año 2000 señalan como prototipo de víctima del maltrato a una mujer de unos cuarenta años, con hijos, separada o en trámites de separación y que ha sufrido malos tratos durante diez o doce años. El aislamiento social, motivado por el miedo o la vergüenza y provocado en ocasiones por el propio maltratador, es una de las razones que explican la prolongación en el tiempo de los malos tratos. "Al aislarse, les cuesta más ver la salida del túnel", dijo el catedrático. Además, el maltrato psicológico, concretado en la desvalorización continua, las amenazas y las conductas degradantes, que acompaña al maltrato físico dificulta aún más la toma de decisiones en pro de una solución. "A veces el maltrato psíquico es un peldaño para pasar al maltrato físico", destacó Echeburúa, quien desterró los mitos que señalan a las víctimas del maltrato como mujeres proclives a la depresión y con trastornos de ansiedad. Frases como "el amor todo lo cura" o "hay que estar a las duras y a las maduras" son algunos de los argumentos utilizados por la mujer maltratada para justificar su situación. "La mujer se resiste a reconocer el fracaso de su pareja e intenta apurar la situación hasta el final". Otra idea equivocada radica en considerar los maltratos domésticos como una cuestión privada. Una concepción que, durante muchos años, ha frenado la intervención de jueces y policías. "La familia ha sido durante mucho tiempo un reducto protector de los malos tratos".

Según Echeburúa, el maltratador presenta una alteración de su forma de pensar que le lleva a creer que la mujer, a la que considera inferior, debe estar siempre pendiente de sus deseos y que la violencia es una forma de conseguir todo lo que quiere. Una violencia que, sin embargo, una vez ejercida, es negada por el propio autor. En su lugar, la persona que maltrata despliega un abanico de estrategias destinadas a justificar su acción, a restarle importancia o a atribuirla a terceras personas. Desde esa concepción, los problemas en el trabajo, los malos momentos personales, el alcohol o la actitud de la propia víctima se convierten en razones del maltrato. "En tres de cada cuatro casos, la violencia se ciñe sólo al hogar y fuera de él el maltratador puede ser una persona encantadora", subrayó.

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