Progre
Está persuadido de que en el mundo hay pobres porque un reducido número de hombres ricos conspira sin fatiga para la creación de hombres pobres. Esta conspiración, por otra parte, se inicia en la prehistoria y no ha sufrido interrupción. Desde hace decenas de miles de años, un grupo de hombres ricos se dedica a amontonar riquezas, de tal manera que sea inevitable la pobreza de todos los demás. Este reducido grupo de hombres ricos es, además, esencialmente perverso, ya que, según cree, hay que ser muy malvado para dedicarse a una actividad tan reprobable, la de producir hombres pobres.
No sabe cómo podría remediarse un problema tan duradero y al que, según parece, se le han dado ya múltiples soluciones, siempre fracasadas. Que fracasen todas las soluciones de un modo catastrófico y con millones de víctimas, no quiere decir, en su opinión, que sea imposible remediarlo. Hay que seguir intentándolo sin descanso, dice, y pone un énfasis especial en esta fe perseverante, aunque no se tenga por un hombre religioso.
La presencia de los ricos en este mundo le molesta como un insulto personal, como un ataque a su propia integridad y honradez, honradez e integridad que sólo comparte con los pobres. Tan sólo él y los pobres son en verdad honrados e íntegros. A veces, a esa honradez substancial la llama 'inevitable destino histórico de las masas desheredadas', frase que repite todo lo ya dicho, a saber, que sólo los pobres (y él mismo) tienen derecho a ser tomados en serio.
Que siempre haya habido ricos y pobres no le conduce a la duda, la desesperación o la risa, sino a una mayor certeza de que es preciso acabar con la conspiración de los ricos contra los pobres. La oposición ricos / pobres, a diferencia de otras oposiciones (listos y tontos, sanos y enfermos, alegres y mortecinos), la considera obra humana.
Con todo, ha desarrollado una gran habilidad para ganar dinero. De hecho, mucho dinero. Pero ello no impide que él no se considere uno de esos hombres ricos que producen hombres pobres. De modo que continúa diciendo que un número discreto de hombres ricos está infatigablemente conspirando para crear hombres pobres. Y lo cree de verdad.
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