Gaudí, aquí

Coincidí en una visita a Turquía, si bien unos meses más tarde, con la fecha a la que Juan Goytisolo hace referencia en Aproximaciones a Gaudí en Capadocia. Era a principios de los 80. Posteriores visitas me llevaron también a Capadocia, y así pude comprobar las aproximaciones de Gaudí a la naturaleza, evidentes allí, y también su inspiración en el paisaje de los alrededores de Reus y Riudoms. Aquí la conmemoración del nacimiento del arquitecto catalán está pasando algo desapercibida. Su obra cumbre, la Sagrada Familia, es símbolo de la voluntad de un pueblo que decide acabar de construirla, financiándola tras su muerte en 1926, pese a que varias generaciones no verán la finalización de la obra, prevista para mediados de este siglo. Obras menores como el parque Güell, impresionan también por su encuentro con la naturaleza viva y por la búsqueda de la armonía en la supuesta imperfección de las líneas curvas o en la utilización del trencadís, tipo de mosaico elaborado con fragmentos de azulejos. Al tiempo, en una sociedad estructurada socialmente como la catalana, el modernismo expresaba, en palabras de J. F. Yvars, los sueños regeneracionistas de una generación con voluntad nacional, mientras en el caso valenciano destacadas personalidades de la arquitectura asimilaron el nuevo estilo con un modelo de racionalismo, del cual el caso de Demetri Ribes, autor del proyecto de la Estación del Norte, resulta ejemplar. El modernismo tuvo en Borriana variadas muestras de casi todas sus tendencias. En Novelda, el santuario de la Magdalena, de Josep Sala Sala, recoge influencias modernistas. Mientras tanto en la ciudad de Valencia, la tardía llegada de las corrientes modernistas vino de la mano de unos cuantos jóvenes arquitectos titulados de la Escuela de Barcelona. Así cabe considerar algunas de las primeras obras del arquitecto municipal Francesc Mora. El modernismo aquí se reelaboró desde una perspectiva popular, con una interpretación artesanal, libre e imaginativa, que convirtió en atractivas y singulares fachadas las viviendas humildes de numerosas familias valencianas, hoy justamente alarmadas ante el plan anunciado de remodelación de El Cabanyal.