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Mil hilos de látex natural

La cuerda elástica que va sujeta a los tobillos del saltador de bungee, una variante del puenting, es capaz de soportar una tonelada de peso y está formada por mil tiras entrelazadas de látex natural. Se utiliza para su elaboración silicona, óxido de zinc y un aditivo de ozono, que garantizan un alto grado de elasticidad y resistencia al roce. Son aptas para 500 o 600 saltos.

Este cabo se engancha a su vez a una eslinga (una cuerda usada en construcción capaz de sostener 3.000 kilos). 'Posiblemente el accidente del domingo se debió a un fallo en la cadena de montaje que forman la eslinga, la goma y el saltador', explica Joaquín Perona Gutiérrez, director técnico del Club Vértigo y antiguo trabajador de Adrenalin Sports.

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Los orígenes del bungee o goming están en el Pacífico Sur. En la isla de Pentecostés (Nuevas Hébridas) los jóvenes celebran un rito de iniciación a la edad adulta. Se lanzan desde una estructura de palos de 25 metros de altura con lianas atadas en los tobillos. Rozan el suelo con la cabeza. No todos salen vivos, pero el que lo hace es considerado un hombre.

En los años setenta los acróbatas del dangerous club se lanzaban con material elástico desde los puentes del río Támesis en Londres. En 1986 se realizaron los primeros saltos comerciales desde un punto fijo: las gargantas de Verdon, en Grenoble (Francia). En España, el primer salto fue organizado por Xabier Navarro en Sant Cugat del Vallés (Barcelona), en 1991.

'Es muy raro que ocurra esto, llevamos 11 años en España haciendo saltos y nunca había habido un accidente', dice Perona.

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