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Reportaje:FÓRMULA 1 | Quinto título mundial de Michael Schumacher

El poder del zumo de manzana

Abandonó el podio, se abrazó a todo el que vistiera de rojo, rojo de Ferrari, y se tomó su habitual zumo de manzana con agua mineral antes de presentarse ante la prensa investido como el más grande de todos los tiempos, con premiso de Juan Manuel Fangio. Michael Schumacher lleva camino de destrozar todos los registros que en la historia de la fórmula uno existen. Ayer, amén de igualar los cinco títulos del argentino, escribió otro capítulo en su libro de los récords: nadie había conquistado un título con tanta antelación, con seis grandes premios por disputarse. Hasta que llegó él, Schumacher, Michael.

'Michael es uno más en la parrilla de salida'. Juan Pablo Montoya, que nunca se ha conformado con ocupar carrera tras carrera el podio de los vencidos, hablaba así hace un par de meses, cuando el quinto título de Schumacher sólo se suponía. El colombiano ha sido el único que se ha atrevido a discutir, aunque sólo fuera en sus declaraciones, la supremacía del alemán. Montoya es el segundo de la clasificación general, un puesto de indudable mérito para cualquiera que no responda al apellido Schumacher, de nombre Michael. El piloto colombiano había conquistado en Francia su quinta pole position consecutiva, la novena de su corta carrera. Precisamente esa clasificación histórica, la de ser el mejor en los entrenamientos, es una de las pocas que no encabeza Michael Schumacher, que ha acumulado 46 por poles 65 de Ayrton Senna.

Cinco títulos, 61 victorias en grandes premios, 108 podios, 897 puntos, 48 vueltas rápidas... Todos esos números pertenecen al nuevo pentacampeón del mundo. Y nadie le iguala en ninguno de esos aspectos. Schumacher ha corrido 172 grandes premios, ha ganado el 35% de ellos y en el 63% ha subido al podio. Esta temporada ha sido el único piloto que ha finalizado las 11 carreras disputadas. En ellas ha logrado ocho victorias, dos segundos puestos y un tercero. Nunca se ha bajado del podio. Y ayer arrebató la marca que poseía Nigel Mansell desde 1992. Entonces, éste conquistó el Mundial a falta de cinco pruebas. Schumacher dejó el récord en seis.

El silencio ha envuelto muchos de los actos del alemán, sobre todo cuando se le pregunta por el futuro. Y esta temporada, sólo ha torcido el gesto en una ocasión, a raíz del Gran Premio de Austria, donde Ferrari perpetró una de las mayores mamarrachadas que se recuerdan, al obligar a Rubens Barrichello a frenar a escasos metros de la meta para que Schumacher le rebasara.

Pero nadie recordó ayer en Francia ese episodio. Ayer, todo fueron felicitaciones para Schumacher, de 33 años, que a los cuatro se subió por vez primera a un kart y que el único sueño que reconoce tener es el de ser, de nuevo, campeón del mundo. Sería la sexta vez, lo nunca visto, pero lo más lógico tratándose de un individuo que ya no encuentra más rival que la historia. A la que, por cierto, también acostumbra a ganar.

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