Siete plazas con trajes diferentes
Cuestión de línea: monovolumen o break. Y dos propuestas similares: siete plazas en un formato compacto y manejable para ciudad y carretera. El Opel Zafira y el nuevo Peugeot 307 SW son dos modelos pensados para quienes necesitan más de cinco asientos, ya sea de forma habitual o esporádica, pero no están dispuestos a aceptar las medidas voluminosas, la pérdida de agilidad y los precios superiores de los monovolúmenes grandes tipo Renault Espace. Sin embargo, cada marca ha elegido caminos diferentes para alcanzar un mismo objetivo. Y las diferencias se aprecian ya en la línea.
Dos conceptos diferentes
Opel ha aprovechado el chasis del Astra y lo ha vestido con una carrocería monovolumen de sólo 4,3 metros de longitud. Pero ha logrado integrar siete plazas repartidas en tres filas de asientos, la última con un ingenioso sistema denominado Flex 7 que permite ocultarla en el piso del maletero sin ocupar espacio, para que esté disponible cuando se necesite.
Peugeot, en cambio, ha optado por evolucionar la carrocería convencional del 307, actual coche del año en Europa. Y ha alargado la longitud hasta 4,41 metros para poder incluir dos asientos individuales más que completan las siete plazas. Así puede proponer una línea break mucho más estilizada y con las ventajas de los turismos en imagen, manejabilidad, peso y comportamiento dinámico. Pero ha sacrificado un poco la capacidad interior, sobre todo en altura, y la tercera fila está peor resuelta y sirve sólo para niños.
Los turbodiésel más potentes
En este prueba se enfrentan estos dos modelos en las versiones turbodiésel más potentes de sus respectivas gamas.
Por una parte, el Zafira, que lleva ya tres años en el mercado con un gran éxito de ventas en toda Europa (más de 700.000 unidades desde su lanzamiento) y acaba de estrenar un motor 2.2 DTi de 125 CV. El Opel tiene un precio de 21.865 euros en el acabado Elegance, e incluye de serie las siete plazas, cuatro airbags, ABS, aire acondicionado, radioCD, y los detalles habituales: elevalunas eléctricos, cierre con mando... Además, está disponible también en una amplia gama con motores: 1.6 16v. de 100 CV (desde 17.290 euros), 1.8 16v. de 125 CV (20.080 euros), 2.2 16v. de 143 CV (21.300 euros) y 2.0 turbo OPC de 192 CV (28.420 euros), que es la versión deportiva y el monovolumen más rápido del mercado en su tamaño. Y también con un 2.0 DTi turbodiésel, más asequible, de 100 CV (18.700 euros).
Frente a él, la innovadora propuesta del Peugeot 307 SW. Monta el motor 2.0 HDi turbodiésel de 110 CV y tiene un precio de 21.470 euros en el acabado Pack. Pero viene sólo con cinco plazas y las otras dos de la tercera fila se pagan aparte (250 euros cada una). En contrapartida incluye un equipamiento de serie más completo que el Opel, con seis airbags, ABS, control de estabilidad ESP, climatizador, ordenador de viaje, radio-CD, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas y un original techo panorámico que cubre hasta las plazas traseras.
El SW se vende también en otras versiones: 1.6 16v. de 110 CV (desde 17.240 euros) y 2.0 HDi turbodiésel de 90 CV (desde 18.750 euros).
Los coches de moda
Los monovolúmenes compactos (de 4 a 4,4 metros de longitud) son los coches de moda en toda Europa. El Renault Scénic fue el pionero, en septiembre de 1996, y desde entonces las ventas de este tipo de coches no han dejado de aumentar y se acercan ya el millón y medio de unidades anuales.
La clave del éxito está en su versatilidad interior, sobre todo para familias con niños pequeños porque ofrecen más capacidad que los turismos para cargar con comodidad todo tipo de utensilios, desde cunas a carritos... Además, su configuración interior permite variar el reparto del espacio plegando o sacando los asientos que no se necesiten.
Pero la mayoría de los fabricantes preparan ahora una segunda generación de modelos que presentarán importantes evoluciones. Y la mayoría va a seguir el ejemplo del Zafira proponiendo versiones de siete plazas sin apenas aumentar la longitud. El 307 SW es la avanzadilla, pero pronto le seguirán el futuro Gran Scénic, y las carrocerías monovolumen del próximo Golf y otros modelos.
Opel Zafira 2.2 DTi Eleg
El Zafira ha sido el único monovolumen medio de siete plazas hasta la llegada del Mercedes Vaneo. Tiene una línea moderna, afilada y aerodinámica. Y a pesar de su altura, presenta una imagen menos pesada que otros competidores, aunque no tan ligera y dinámica como la del 307 SW.
El Opel acusa las limitaciones de los monovolúmenes, con una altura superior y una dirección más lenta que reducen la agilidad y provocan más balanceos en las curvas. Pero la estabilidad es correcta y permite viajar con seguridad, aunque a ritmos más tranquilos que el Peugeot y exigiendo más atención. El motor 2.2 DTi de 125 CV compensa su mayor peso (160 kilos) y le permite ofrecer unas prestaciones superiores a las del 307 SW. Acelera y se recupera mejor, adelanta y sube con más brío, y sólo se muestra menos elástico por debajo de 1.700 vueltas, lo que obliga a reducir más a menudo en ciudad. Y los frenos paran bien el peso e incluyen un buen ABS. Pero la calidad de conducción no está tan lograda: tiene una posición al volante más incómoda, es más pesado de conducir, y tanto el cambio como el resto de los mandos tienen un tacto menos agradable y preciso.
La altura interior del Opel aporta más sensación de desahogo, aunque es algo menos ancho por dentro que el 307. Tiene siete plazas y destaca sobre todo el diseño de la tercera fila, que incluye dos asientos individuales con suficiente altura y espacio para alojar a dos adultos. Pero lo mejor es el sistema de plegado, que se realiza con la máxima facilidad y permite ocultarlos debajo del piso del maletero sin apenas ocupar espacio para que estén disponibles cuando se necesiten. El Zafira también aporta más capacidad interior, aunque con menos combinaciones posibles, porque la segunda fila es de banqueta corrida y no se puede quitar. Pero se regula en longitud y se recoge fácilmente contra los respaldos de delante para ampliar un maletero mayor que el del Peugeot. En cambio tiene unos asientos delanteros duros, poco envolventes e incómodos. Y un diseño y acabados menos atractivos, con plásticos y tapicerías austeros. Además, no dispone de tantos huecos como el 307: guantera, dos posavasos delante del cambio y unas bolsas grandes en los laterales de los asientos delanteros que completan las de las puertas. Y estas carencias lo igualan con su rival.
Es menos manejable que el 307 SW y viene peor equipado en seguridad: cuatro
airbags
y ABS.
Cuesta 400 euros más que el Peugeot e incluye las siete plazas. Pero los
windowbags,
el ESP y otros detalles, de serie en el 307, hay que pagarlos aparte. Y aumentan la diferencia. En cambio gasta como el Peugeot: siete litros en conducción tranquila y entre ocho y nueve a ritmos rápidos y en ciudad.
Peugeot 307 SW 2.0 HDi
Un
break
completo e innovador: carrocería de turismo, siete plazas y muchas soluciones de los monovolúmenes. Pero con una línea más estilizada y equilibrada que estos últimos en la que destacan la personalidad del frontal y el techo panorámico de cristal, que mejora la luminosidad interior.
El 307 SW mide 10 centímetros menos de altura que el Zafira y tiene un centro de gravedad más bajo. Así acusa menos las inercias y balanceos en las curvas y ofrece un comportamiento más ágil y eficaz en carretera. Y las reacciones son más precisas porque se conduce como un turismo y exige menos esfuerzo. El motor 2.0 HDi tiene menos potencia (110 CV) que el del Opel, pero como el 307 SW es más ligero, responde con más elasticidad a bajo régimen y es más cómodo en ciudad. Sin embargo, no corre tanto como el Zafira, especialmente en aceleraciones y recuperaciones en marchas largas, aunque después, una vez lanzado, se defiende bien. El cambio tiene también un accionamiento más preciso y los frenos paran con potencia. Y ofrece una calidad de conducción superior, con un tacto más agradable en todos los mandos.
No es tan amplio y funcional como el Opel, pero ofrece también siete plazas, todas individuales y repartidas en tres filas. Los cinco asientos posteriores se pueden plegar y quitar de uno en uno. Y el central de la segunda fila se convierte en mesa e incluye cuatro posavasos. Pero los dos de la tercera fila apenas sirven para niños o casos de apuro: el acceso es incómodo; la altura, justa, y hay poco espacio para los pies. En cambio, el Peugeot es más cómodo y está mejor acabado. Tiene una posición de conducción y unos asientos más confortables que se completan con un diseño interior muy moderno y vistoso. Los plásticos y materiales son más atractivos y cuenta con una consola central bien resuelta. Además, está mejor insonorizado, absorbe bien los baches y cuenta con más huecos para objetos: bolsas grandes en las puertas, cajones bajo los asientos delanteros, mesas plegables en los respaldos, seis posavasos... Pero el maletero es más pequeño si viajan cinco personas y se reduce al mínimo con las siete plazas ocupadas. Y aunque la tercera fila se puede plegar o quitar, no está tan bien resuelta como la del Zafira.
Ventaja clara del 307, que ofrece un comportamiento dinámico más ágil y preciso y un equipo de serie más completo en seguridad: seis
airbags,
ABS y control de estabilidad ESP.
Más barato y mejor equipado. El 307 SW Pack cuesta 21.470 euros y hay que sumarle los asientos opcionales de la tercera fila (250 euros cada uno). Pero aparte del equipo de seguridad, incluye elevalunas eléctricos traseros, climatizador y ordenador de viaje, opcionales en el Zafira, aparte del techo panorámico. Y gasta lo mismo: siete litros a ritmos suaves y entre ocho y nueve en ciudad y conducción alegre.
CONCLUSIÓN: Espacio o dinamismo
El 307 SW se impone en esta prueba gracias principalmente a su mejor comportamiento dinámico y a un equipamiento de serie más completo, sobre todo en seguridad. Pero tanto el Peugeot como el Opel aportan soluciones diferentes y la elección final depende de las necesidades personales de cada comprador. Así, el 307 SW es la propuesta ideal para quienes buscan un coche de siete plazas con un interior amplio y modulable, y no están dispuestos a aceptar unas medidas voluminosas que sacrifiquen la estética, la calidad de conducción y el disfrute al volante. El Peugeot se conduce como un turismo, pero es menos práctico para familias numerosas porque ofrece menos espacio interior y capacidad de carga. Y aunque todos los asientos son individuales y permiten múltiples combinaciones, los de la última fila sólo sirven para niños. El Opel Zafira es más pesado y voluminoso, lo que le resta agilidad y limita sus aptitudes dinámicas. Y cuesta también más caro, sobre todo si se incluye el equipo de seguridad que ofrece de serie su rival. Pero aporta un interior más desahogado, y, sobre todo, una tercera fila de asientos muy práctica, ingeniosa y plenamente utilizable por adultos. Además, permite recogerla en el piso del maletero y está siempre disponible por si se necesita, un valor añadido. El Opel completa su propuesta con un motor más poderoso y unas prestaciones superiores para quienes quieren viajar con más desahogo, sobre todo a plena carga.
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