_
_
_
_
Crónica:TOUR 2002 | 12ª etapa
Crónica
Texto informativo con interpretación

La lucha por el podio será feroz

Beloki, Igor, Botero y Heras aspiran a las dos plazas que deje libres el americano

Carlos Arribas

Un anticipo de lo que vendrá ocurrió ayer como ocurrió anteayer. Heras y Beloki cara a cara. 'Probablemente Roberto es tan buen escalador como yo', dice Beloki. 'Probablemente Heras es el mejor escalador de todos, o al menos lo fue en el Tourmalet, en Beille ya lo dudo, que yo estuve delante', dice Armstrong. Heras se calla, obedece y actúa. Cuando atacó Armstrong, se quedó a rueda de Beloki. Misión de depresión. Beloki mantuvo tres minutos, mil metros de ilusión. Armstrong estaba ahí, a la vista, a no más de 50 metros, alcanzable. Pero imposible. Y a su rueda, Heras. Comiéndole la moral.

¿Cómo voy a coger al americano de la agilísima pedalada si a mi rueda tengo al bejarano alado, que parece que pedalea sobre una nube, tan poco esfuerzo aparenta, Charly Gaul tal parece? Y no sólo eso. Heras recibe por el auricular una orden: 'Rómpele el ritmo, ataca, fúndelo'. Es Bruyneel, su director. Sigue siendo perro, Roberto, pues Beloki ha encontrado una marcha cómoda y Armstrong no hace hueco. Ataca. Heras ataca. Beloki, como era de esperar, intenta seguirlo. Revienta. Resopla. Vuelve a su ritmo. Pero ahora más bajo.

'Armstrong es abatible, y lo veremos en los Alpes', dice con osadía Beloki

Y tan bien va la cosa que por un momento los carteros se imaginan un espectáculo único. Un homenaje sin par. Heras y Armstrong, por este orden, entrando de la mano en la meta del Plateau de Beille. Y hasta Armstrong habla con Bruyneel y parece que va a esperar la llegada de Heras. Pero Heras, ojos tristes, voz baja, no es Superheras.

A los tres kilómetros se da cuenta de que no va, de que si Armstrong le espera no saca tiempo a Beloki. También lo ve Bruyneel. 'Levanta el pie', le dice. 'Espera que llegue Beloki, Ponte a su rueda. Después le sprintas para ser segundo'. No habrá foto histórica. Pero sí que podría darse en el podio.

La lucha se anuncia terrible aunque Manolo Saiz advierta: 'Yo, para luchar por ser segundo y tercero, no estoy aquí, antes me voy a casa'. Es su línea. Así es como director, el hombre del cara o cruz, del todo o nada, del que nunca usa medias tintas. El de hay que jugarse el todo por el todo. Hablando.

Pero el director del ONCE-Eroski, que apela a la leyenda del rosado maillot de sus chicos (La ilusión se cumple), tiene a Beloki segundo y a Igor González de Galdeano, tercero, detrás del, aparentemente, inalcanzable Armstrong. Demasiado bonito como para dejarlo de lado. Demasiado goloso. Pero no serán los únicos que luchen por esas plazas que tan bonitas salen en las fotos de París, con el Arco del Triunfo al fondo. También estará por la faena Heras (séptimo ahora, a 4.42m del tercero, Igor), y también Botero (quinto, a 2.25m de Igor).

Armstrong dice: 'Me encantaría que Heras subiera al podio. Sería histórico. Creo que Heras podrá ganar algún día el Tour si mejora en las contrarreloj'. Bruyneel dice: 'Del podio de Heras hablaremos en los Alpes, a ver cómo va allí'. Heras, que se siente como nunca, casi tan bien como cuando ganó la Vuelta de 2000, y que sólo piensa en el Tour, en darlo todo por Armstrong y por sí mismo, dice: 'Hablaremos en los Alpes, que son muy duros'. Pero le hace gracia la idea. Se ve capaz de entrada.

Botero, el colombiano increíble, está triste y está contento. Está contento porque ha demostrado, se ha demostrado, que puede sufrir y subir a ritmo, con Igor, que también ha descubierto que se puede subir muy arriba sin ser explosivo escalador, sin explotar y sin mandarlo todo a paseo. Pero está triste, nostálgico de su extraordinario 2000, el Izoard y el maillot de lunares, porque no tiene aquella libertad de mandarlo todo a paseo un día y protagonizar una etapa, un ataque heroico, el día siguiente. 'Me dicen que tengo que ser regular, que tengo que pensar en la general', dice. 'Pero todos los días me quedo con ganas de atacar de lejos'. Lo sentimos, Botero, ese ciclismo ya no existe. Siglo XXI, ya sabes.

Beloki quiere hablar en los Alpes. Tiene un plan. Piensa en amarillo. 'Si logramos que Heras y Rubiera entren en acción en los primeros puertos, Armstrong llegará aislado al último. Ahí tendremos nuestra oportunidad. Armstrong es abatible y lo veremos en los Alpes'. Pero Manolo (Saiz) zanja: 'Chitón. No hablemos de estrategias, que Bruyneel lee los periódicos y se entera de todo'.

Armstrong lidera el estirado pelotón en un descenso.
Armstrong lidera el estirado pelotón en un descenso.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_