'En poesía ya está todo inventado'
FRANCISCO RUIZ NOGUERA POETA Y PROFESOR UNIVERSITARIO
Francisco Ruiz Noguera (Frigiliana, Málaga, 1951) disfruta con los clásicos: Góngora, Quevedo, San Juan y Garcilaso. Para él, son los cuatro pilares de la poesía. Y los recomienda. Pero no desdeña ninguna tendencia y evita enterrarse en las trincheras de la guerra entre poetas. Para Ruiz Noguera, profesor de Lingüística en la Universidad de Málaga, la poesía está en todas partes, incluso en una faceta tan ruda como el fútbol o tan fría como la informática. Este autor y editor de la revista poética El laberinto de zinc ha sido el primer andaluz en ganar el Premio Internacional de Poesía Antonio Machado. El libro, que edita Hiperión, saldrá en noviembre y aún no está decidido el título. Parece que será El oro de los sueños.
P. El primer andaluz en seis ediciones del Antonio Machado...
R. Es un honor ganar un premio con ese nombre, pero lo principal es que contribuye a conocer la obra.
P. ¿Beber de Machado es casi una obligación?
R. Sin duda. Es uno de los grandes del siglo XX. Él y Juan Ramón Jiménez sientan las bases de este periodo.
P. ¿El barroco continúa marcando su estilo?
R. Sí, en todas mis obras aparece el verso de Luis de Góngora: 'Batalla de amor, campos de pluma'. Es un signo de admiración hacia la escritura como lugar donde pueden resolverse todo tipo de problemas. En mi forma de escribir hay cierto barroquismo, pero no excesivamente expresivo, sino más conceptual. Me interesa más la sugerencia que lo explícito. La base del barroco no sólo es el adorno verbal, también la base conceptual.
P. ¿Y hacia dónde camina la obra premiada?
R. Trata del tiempo, la memoria y el recuerdo de mis propias vivencias, aunque sin usar la primera persona. Volviendo a Machado: 'Toda la imaginería, que no ha brotado del río, barata bisutería'. Así, lo que no parta de la experiencia propia no tiene valor fundamental.
P. ¿A qué armas retóricas ha recurrido?
R. Tiene cierto tono elegíaco. Es una alabanza a lo que ya no es, al territorio de la memoria. La escritura como forma de indagar en uno mismo es una constante en mi obra.
P. ¿Y qué hay que hacer para conocerse?
R. La gente debería escribir, pensar sobre el lenguaje, sobre cómo aprendemos las cosas y recibimos el mundo a través de los sentidos, pero también a través del modo en que el lenguaje nos lo va configurando. La poesía, como expresión lingüística máxima, tiene algo que decir en ese terreno, en la apreciación del mundo que nos rodea.
P. Como profesor, ¿es más fácil escribir o inducir a otros?
R. No sé yo si se puede enseñar a escribir. Yo intento empujar a reflexionar sobre el lenguaje. Se puede estimular a escribir unas líneas, dar unas pautas, pero el aprendizaje de la escritura es algo interior. Puede sonar muy platónico, muy garcilasista, pero yo lo veo así.
P. ¿Qué es necesario para ese despertar?
R. Es fundamental el acercamiento a los textos de otro, a la lectura en definitiva. El profesor de letras lo que debe hacer es estimular esa curiosidad.
P. ¿Se nota en las aulas ese interés por la poesía?
R. Yo tengo suerte con mis alumnos. Se interesan por la Lingüística, pero dudo de que el interés por la poesía sea tan vivo como en otros tiempos. Aunque, claro, la poesía no tiene una forma única de expresión en las palabras y los textos. También cala en lo cotidiano y en otras formas artísticas.
P. Entonces, ¿un lenguaje poético envuelve la sociedad?
R. Sí. Nos rodea, llega a todo el mundo y está presente en cada expresión coloquial. Quizá lo que el poeta tiene es la sensibilidad para captar ese flujo y convertirlo en un poema.
P. ¿El nuevo milenio cambiará la esencia de la poesía?
R. Bueno, ya hay libros que reflejan el mundo de la informática y otros nuevos elementos de la vida. Pero es sólo un medio externo, porque la poesía siempre aborda las cuestiones fundamentales: el amor, el desamor, la muerte o el paso del tiempo. Nuevos lenguajes, como el cibernético, serán, al final, nuevos instrumentos para hablar del amor y de todas estas cuestiones. Aquí ya está todo inventado.
P. Ahora se ven versos en mensajes por los teléfonos móviles...
R. ¡Ah! Está muy bien. Es una forma más de escritura. Incluso los jóvenes que antes ni siquiera enviaban cartas, ahora sí escriben. La condensación de este tipo de lenguaje es fruto de la rapidez con que se elabora, lo que no lo hace menos válido al comunicar. No obstante, yo soy más clásico.
P. ¿Las noticias desvirtúan la poesía?
R. Hay escasa tradición poética en los medios. Por eso, a veces se desvirtúa por la falta de documentación. No se tiene una base muy clara sobre la que hablar, aunque toda discusión o información es beneficiosa. Lo peor es que la noticia sobre poesía pretenda ser poética. El tratamiento debería ser igual que sobre cualquier otro tema.
P. ¿Le ha costado alguna amistad el ejercer de crítico?
R. Siempre escribo reseñas sobre un libro que me ha dicho algo. Si no, prefiero no hacerla. De lo que hayan escrito sobre mí, nunca me he molestado.
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