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Entrevista:JUAN PEIRÓ | Consejero delegado de Comytel

'Lo importante es copiar bien'

Pregunta. Tenía entendido que era fumador de pipa, pero está con un puro.

Respuesta. Lo que es incompatible es fumar pipa y cigarrillos. Después de comer fumo siempre un habano, pero si tuviese que dejar algo, dejaría el puro. La pipa es mucho más que fumar.

P. ¿Por qué decidió dejar de ser un ejecutivo brillante y empezar por libre?

R. Es muy duro dejar la nómina y saltar al vacío, pero no me arrepiento, aunque siempre dependes de alguien y tienes muchos más riesgos. A mí me ha compensado y ahora no me quiero morir sin crear 500 puestos de trabajo.

P. ¿Cómo se metió en las telecomunicaciones?

R. Tenía un despacho de asesoramiento por el que vinieron los dueños de Comytel, que entonces era una empresa de Dénia que importaba aparatos de teléfono y contestadores de Asia, y empecé comprándoles una participación. Luego, en la feria de Madrid, me di cuenta de había grandes colas para comprar los aparatos de telefonía pública que llevábamos. Pregunté para qué los querían y me dijeron que para explotarlos. Y nos pusimos a hacerlo también. Primero hicimos empresas regionales y luego las integramos en una nacional.

P. ¿Este modo de hacer empresas y de crecer en base a alianzas locales no rompe los núcleos tradicionales de empresarios?

R. Soy pactista por naturaleza, y creo que es mejor el 1% de un millón que el 100% de diez. Si hay sinergias y la gente se une es mejor. Si hay mercado, vamos a comerlo entre todos.

P. ¿No tiene la sensación de estar echando el pulso de David y Goliat con Telefónica?

R. Sí, pero aquel pulso lo ganó David. Aunque hay muchos davides muertos. Lo que yo hago no tiene que ver con Telefónica. Para entendernos, Telefónica vende Coca-Cola y yo soy McDonalds. Entonces, lo mismo que Coca-Cola no monta hamburgueserías, yo no fabrico Coca-Cola. Lo que tiene que hacer Telefónica es vender tráfico a todos. Si hay una carrera de maratón y Adidas sólo vende a dos corredores, tiene muy pocas posibilidades de ganar; si vende a todos, gane quien gane, gana Adidas.

P. ¿Los inmigrantes salvaron el teléfono público ante la presión del móvil?

R. El inmigrante cuando llega a España quiere un móvil para estar localizable, porque no existe y no sabe dónde vive. Por eso hay un mercado negro de móviles. Pero si tiene que llamar a su casa, busca una cabina. La telefonía pública es una función social que no desaparecerá. Para los inmigrantes, los locutorios son mucho más que teléfonos públicos: ven a sus amigos, buscan trabajo, le traducen un papel,...

P. ¿Qué contenidos tienen sus locutorios?

R. Nosotros los concebimos como puntos de encuentro de gente, donde pueden comprar sobre catálogo en tiendas de electrodomésticos de su país para sus familias y pagar aquí. O pueden enviar dinero, contratar seguros y viajes, tener asesoramiento, apartado de correos, banco para créditos e hipotecas...

P. Es muy pionero.

R. Me gusta mucho ser pionero, pero a veces los pioneros se meten en la boca del lobo y al final el que funciona bien es el que viene detrás.

P. Hace unos años parecía que Internet iba a revolucionar la economía. No ha sido así.

R. Lo que ha fallado es pensar que cualquier chaval que supiera manejar un ordenador podía ser empresario. Y una empresa tiene unos equipos y gente a la que saber dirigir. Bill Gates, que ha tenido muchas virtudes y algún defecto, lo copió muy mal. Y lo importante es copiar bien, porque todo está inventado.

EN DOS TRAZOS

Juan Peiró (Gandia, 1944) fue ejecutivo del grupo Gallina Blanca en el lanzamiento de Evax y Dodot. Luego estuvo en el Banco Atlántico (donde fue uno de los creadores de Visa España y fundó la red de cajeros Servired) y en Lladró, hasta que en 1991 lo dejó todo y se lanzó al vacío de un despacho de asesoría de empresas. Entonces reorganizó la empresa Comytel, que ahora, con 300 empleados, 20.000 líneas y 20.000 cabinas, es la principal competidora de Telefónica en telefonía pública y ha revolucionado el contenido de los locutorios para emigrantes.

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