Laporte gana la presidencia del Institud d'Estudis Catalans
El ex consejero se impuso a la candidatura del lingüista Joan Martí en la cuarta ronda
Una ajustadísima votación le valió ayer a Josep Laporte, ex consejero de Sanidad de la Generalitat, la presidencia del Institut d'Estudis Catalans (IEC) durante los próximos cuatro años. La candidatura de Laporte se impuso a la del lingüista Joan Martí Castell en la cuarta ronda de votaciones, en la que sólo se requería la mayoría simple, por 82 votos a 77. Laporte aseguró que, a pesar de los resultados, quiere ser 'el presidente de todos'.
Las dos votaciones de ayer se sumaron a las dos que se celebraron hace dos semanas, en las que se presentó, además de Laporte y Martí Castell, el filólogo Carles Miralles. Entonces ninguno de los tres consiguió la mayoría absoluta requerida y Miralles se retiró tras lograr unos pobres resultados recomendando, indirectamente, el voto para Martí Castell. En la primera ronda de ayer, en la que se requería la mayoría absoluta, Laporte consiguió 81 votos; Martí, 73, y se registraron 12 votos en blanco. La votación definitiva, en la que sólo se requería la mayoría simple, dio la presidencia del IEC a Laporte por tan sólo cinco votos de diferencia. El primero en acudir a felicitarle fue el candidato derrotado, quien calificó el proceso electoral de 'ejemplar'.
Laporte, de 80 años, tomará posesión del cargo el próximo 1 de septiembre y para ello abandonará, aseguró, las presidencias de la Real Academia de Medicina de Cataluña y del patronato de la Fundación del Hospital de Sant Pau. Acompañado de dos de los miembros de su candidatura, el sociólogo Salvador Giner (que será nombrado vicepresidente primero) y el historiador Antoni Riera (vicepresidente segundo), Laporte reconoció que las votaciones habían sido más ajustadas de lo que esperaba.
Polarización
Pero a pesar de la polarización que han evidenciado los resultados y de que algunos de sus más sólidos apoyos provenían de los miembros de la candidatura que se enfrentó en 1995 al presidente saliente Manuel Castellet, el ex consejero aseguró: 'No quiero ser el presidente de una fracción, sino de todo el IEC'. Y en referencia a la gestión de Manuel Castellet, acusado a menudo de presidencialista, afirmó: 'Ninguna de las decisiones que se tomen en el Institut será sólo mía. El gobierno tiene que ser colegial y todo pasará por el pleno'. Además de Giner y Riera, su equipo de gobierno se completará con el químico Salvador Alegret, quien ocupará la secretaría general de la institución académica, y los cinco presidentes de las secciones que la forman: filológica, histórico-arqueológica, de ciencias biológicas, ciencias y tecnología, y filosofía y ciencias sociales.
Martí Castell se apresuró ayer a ofrecer su colaboración al presidente electo, aunque en los últimos días había criticado la significación partidista de Laporte en cuanto ex consejero en el Gobierno de Jordi Pujol. En este sentido, Laporte, ex rector también de la Universidad Autónoma de Barcelona, negó ayer que sea 'un submarino de Pujol', subrayó que entre sus partidarios 'hay votantes de Convergència i Unió, el Partit dels Socialistes y Esquerra Republicana de Catalunya', y que, en todo caso, 'el IEC es una entidad apolítica'.
Laporte no quiso ayer avanzar con exactitud cuáles serán las prioridades de su gestión. Primero, dijo, tiene que mantener una serie de reuniones con el presidente saliente que empezarán ya la próxima semana. 'Ignoro la situación económica y financiera del IEC', afirmó.
En todo caso, en su programa se hace hincapié en una serie de puntos básicos. Por una parte, en la necesidad de que la primera institución académica catalana aumente su 'prestigio social' e 'intervenga en los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad catalana en el siglo XXI', como afirmó ayer. En la vertiente académica, subraya su voluntad de fomentar una mayor autonomía de las cinco secciones y la independencia de las sociedades filiales, incrementar sustancialmente los recursos para la investigación y recuperar y actualizar el servicio de publicaciones de la entidad. Y en clave interna, promete 'superar el desánimo y el resentimiento que pueda haber entre el personal del IEC'.
