Arte en tiempo parcial
'Arquitecturas para el acontecimiento' ofrece en el Espai de Castellón una propuesta de reflexión sobre la realidad
En una de las salas del hospital psiquiátrico de Castellón se ha ubicado una pantalla que proyecta, en tiempo real y a través de Internet, lo que ocurre en el Espai d'Art Contemporani de Castellón (EACC). La reacción del público/participante, sus gestos, su aportación a esta obra constituyen una parte de Arquitecturas para el acontecimiento, la exposición que hoy se inaugura en el EACC. Jens Haaning es su autor, un artista cuyo trabajo está imbuido de contenido político, que próximamente participará en la Documenta de Kassel. Para el trabajo que ha hecho específicamente para Castellón ha sido necesaria la 'construcción' de un espacio desde el que se retransmite la proyección.
Sin embargo, ésta es sólo una de las obras que se exhibirán, desde hoy y hasta el 15 de septiembre, en el Espai, donde el comisario de Arquitecturas para el acontecimiento pretende ofrecer con el trabajo de diferentes artistas una propuesta de reflexión donde los espectadores se convierten en elementos activos y creadores del propio proyecto. Es 'un muestrario de muy diversos modos de entender la construcción de espacios e instrumentos disponibles para el usuario-espectador', según el responsable del proyecto, Martí Perán. La colección de arquitecturas que se exhiben, según dice, 'tan pronto da paso a la construcción literal de lugares físicos para distintas posibles acciones, a la posibilidad de disfrutar de distintos servicios o, incluso, a la participación activa y crítica frente a determinadas estructuras del capital'.
Junto a Haaning presentará su obra el colectivo Stalker, que se autodefine como un 'Laboratorio de Arte Urbano'. Para el EACC ha desarrollado un proyecto específico en el que el visitante se ha de calzar unas botas de agua, que previamente se llenan de agua. De esta guisa podrá recorrer tanto el espacio expositivo como salir fuera del mismo y, una vez finalizado este paseo acuático, dejará de nuevo las botas para volver a pisar en firme. Con ello se pretende subrayar el sentimiento de extrañeza y extranjería que toda persona puede sentir al encontrarse en un lugar y/o situación desconocida.
La obra de Rirkrit Tiravanija y Josep Maria Martín no es menos contemporánea y específica, ya que han ideado una propuesta que contempla distintos aspectos. La industria cerámica ha fabricado para ellos una inmensa cantidad de naranjas de cerámica, a las que se ha dado un aspecto real, gesto con el que se retratan los principales sectores de producción locales. Pero la finalidad de esta laboriosa producción no es la de retratar objetivamente el lugar, sino poner dichos objetos a disposición del público para que las rompa, como si se tratara de un ritual, para disolver la distancia entre el tiempo predeterminado del trabajo y el tiempo gratuito e improductivo de los gestos individuales. Para destruir los objetos alienantes del trabajo y convertirlos en una ceremonia festiva.
Fabrice Hybert, con sus POFS (Prototipos de Objetos en Funcionamiento) ha escogido algunos de estos elementos para instalarlos en el EACC. Una gran escalera construida para la ocasión y una fuente real organizan la distribución de los POFS, que dan cuenta del peculiar universo lúdico, aunque totalmente posible, ideado por el artista.
Raimon Chaves, en su proyecto desarrollado específicamente para el EACC, dibujará, a partir de descripciones facilitadas por la prensa local, a personas desaparecidas realmente, así como otras cuyas descripciones recogerá directamente en las calles de Castellón. Para ello ha habilitado una oficina de dibujo en la que los visitantes de la exposición podrán dibujar a los desaparecidos y hacerlos reaparecer a través de la 'videncia del arte'. Mientras, Minerva Cuevas expone una serie de murales basados en distintos episodios perversos de la globalización económica y Kit, un colectivo que trabaja en Canadá, Inglaterra y Australia, presentará su trabajo Autoskinning, una serie de airbags de automóvil reciclados tras su estallido, y convertidos en pequeñas casas portátiles al modo de crisálidas.
Martí Perán dice que 'todo se nos ofrece como secuencia de una misma narrativa presta al consumo inmediato y sin distinción alguna de modo que, frente a esta tesitura, la producción cultural quizás debiera asumir el compromiso de rescatar la realidad entre tanto ruido mediático y tanto espectáculo banal'.
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