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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un menú ligero sin mayores ambiciones

Los calores veraniegos exigen, ya se sabe, menús ligeritos y sin demasiadas exigencias gastronómicas. Este denominado Raimundo con Tomate me parece pensado ad hoc para cumplir el trámite y además producir excelentes dividendos, pues los precios no eran baratos -30 y 25 euros- y el recinto estaba lleno a reventar. Creo que con él harán una gira por grandes festivales, y sin duda van a triunfar sin esfuerzo allí donde se presenten.

Y es que Tomatito y Raimundo Amador, por separado, tienen los dos un formidable tirón entre la gente joven y con ganas de marcha, así que juntos es obvio que el éxito está cantado. El espectáculo que han preparado se compone de tres partes bien diferenciadas: primero, Tomatito con su gente; después, Raimundo Amador con la suya, y al final todos juntos y, en ocasiones, revueltos.

Raimundo con Tomate

Tomatito (guitarra flamenca), Raimundo Amador (guitarras varias), Diego Amador (guitarra y laúd), Potito (cante), Joselito Fernández (baile y compás), violín, teclados, percusiones, etcétera. Patio Central del Conde Duque. Madrid, 7 de julio.

La parte más atractiva, por inédita, fue esta última, desde luego, que además nos ofreció la oportunidad de volver a ver y oír a Raimundo con una guitarra española en la mano, que ya ni nos acordábamos cuándo fue la última vez. Es cierto que alternó la pulsación de los dedos con una púa en las partes más agresivas de su toque, pero aún así Tomatito y él juntos, y mano a mano con guitarras sin ningún artilugio eléctrico fue de lo más estimulante del concierto.

Sin exquisiteces

Tampoco es que descubrieran un mundo para dejarnos con la boca abierta, pues todo lo que hicieron fueron temas a base de mucha velocidad y sonido impactante, en que pretender distinguir exquisiteces era utopía.

Cerraron con Potito cantando Camarón, tema oportuno pues, como es sabido, los dos guitarristas estuvieron muy vinculados al cantaor desaparecido -de lo que acaban de cumplirse 10 años-, Tomatito acompañando su cante durante largo tiempo y Amador en La leyenda del tiempo y otros títulos.

Las partes que estos dos hicieron solos fueron convencionales. Tomatito corrió con lo más flamenco de la noche, estirándose con solvencia en un tema en solitario, pero después ya recabó la presencia de su grupo, unos cantes de Potito, un baile de Joselito Fernández y poco más.

Y Raimundo con los suyos, en esa música incisiva y con frecuencia estridente que tanto gusta a sus fans, recuperó algunos de sus temas más conocidos -Gerundina, Bolleré...-, pero sólo en los blues a los que él sabe dar tanta jondura logró emocionarnos.

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