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Crónica:LECTURAS PARA ENTENDER LA CIENCIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Informática para todos los gustos

Tomàs Delclós

La literatura sobre la informática o su impacto tiene tres universos editoriales muy distintos. Por un lado, está el numeroso catálogo de libros dedicados a explicar las entrañas de un programa o a aprender un lenguaje de programación. Los títulos van desde manuales sencillos para manejar Windows a ediciones, más impermeables para neófitos, sobre lenguajes informáticos. Otro tipo de oferta es la que constituyen los libros que se manejan en las universidades politécnicas que piden una mínima competencia del lector para descifrarlo y con un grado de profundidad innecesaria e inalcanzable para quien quiera simplemente situarse ante la emergencia de lo digital. El tercer bloque lo constituyen los libros dirigidos al ciudadano que quiere entender este nuevo entorno digital y sus consecuencias.

En algunos casos, el relato autobiográfico de una aventura científica, como el escrito por Tim Berners-Lee (Tejiendo la red) sobre la invención de la web, permite acercarse no sólo a los principios teóricos del hallazgo, sino al empeño personal que hay detrás. Una información que el buen rastreador de Internet también puede encontrar en la red, ya que hay sitios dedicados a la historia de Internet, a cómo funciona... El propio Berners-Lee, flamante premio Príncipe de Asturias, tiene en su sitio personal una extensa recopilación de materiales sobre su trabajo y un singular capítulo dedicado a dejar contestadas las preguntas que siempre le hacen los periodistas.

La contundente crisis de 2000

ha hecho menguar la literatura profética sobre el futuro de las tecnologías, una lógica cautela para evitar patinazos. Ya no abundan en este terreno libros importantes y serenos como el del desaparecido Michael L. Dertouzos ¿Qué será? (Planeta) de 1997 o Visiones (Temas de Debate), de 1997, donde Michio Kaku, siempre con un prudente 'es probable', ponía fechas al desarrollo tecnológico: antes de 2020 los robots tendrán un sistema primitivo de dolor y placer para orientar sus conductas o más allá de 2050 aparecerán máquinas con conciencia de sí mismas.

Una búsqueda de libros de 'informática' en el ISBN español editados a partir de 2000 da más de 2.900 títulos. La mayoría de alta graduación técnica. La bibliografía orientada a explicar al ciudadano el impacto tecnológico es menor, pero tiene referencias importantes. Michael J. Mandel, analista de Business Week, publicó en 2001 La depresión en Internet con ilustrativos subrayados al título: cómo prepararnos, por qué el descalabro es inminente y qué ocurrirá después. Muy centrado en Estados Unidos, la obra describe el infernal círculo de la mutua necesidad que hay entre más investigación y apelación al mercado de capitales. Mandel no es muy indulgente con sus colegas: 'Dice un viejo dicho: engáñame una vez y la culpa será tuya, engáñame dos veces y la culpa será mía. Los analistas ya han demostrado que no comprenden la Nueva Economía o las relaciones entre el mercado financiero y la innovación'.

Pero el pesimismo sobre la economía y el rotundo desmentido a algunas alegrías tecnológicas no permite redactar el funeral sobre la era digital. Está ahí, transforma imparablemente la sociedad y seguirá ahí. Vivimos en la Galaxia Internet y Manuel Castells lo explicó en un libro con este título en 2001. Es iluso querer escapar de la sociedad en red que cambiará, cada vez más, la vida cotidiana. Otra cosa es que la tecnología tenga la misma apariencia que tiene ahora. Donald A. Norman lo describió de manera muy legible en El ordenador invisible. Frente a unos ordenadores difíciles de usar y una industria demasiado fascinada en lanzar sin descanso juguetes técnicos, la gente quiere ordenadores agradables y fáciles.

El impacto en esta gente de la

revolución digital presenta múltiples ángulos. Lawrence Lessig se acercó con El código a las leyes del ciberespacio. Tanto a los problemas que ofrece los hábitos de la soberanía territorial ante un continente digital, Internet, como al hecho preocupante que los amos de la tecnología tienen más poder, y de forma intangible, para orientar conductas que los transparentes procedimientos de un gobierno democrático. Martin Carnoy, en El trabajo flexible, analizó el precio de la flexibilidad laboral que hace necesarias nuevas instituciones integradoras -da importancia especial a la educación permanente- para hacer socialmente sostenible la nueva economía. Una menor protección al trabajador, para que las empresas sean competitivas, debe ir acompañada de una mayor protección a la persona, para no deshacer la sociedad. Un ensayista al que Castells considera un charlatán, Jeremy Rifkin, describió en La era del acceso cómo en la sociedad que dibujan las nuevas tecnologías la riqueza ya no se medirá sólo por el número de propiedades, sino por la capacidad de acceso a los servicios. En este resumen bibliográfico, además de mil injusticias, no puede faltar una cita a autores que, aunque sea de un modo angélico, hablan de un nuevo espíritu. Pekka Himanen lo hace en La ética del hacker, enfrentando la ética protestante de la revolución industrial con los valores de libertad del hacker. Finalmente, para la recopilación de datos, lo más ágil es acudir a las publicaciones anuales que editan fundaciones, como las de Telefónica o Retevisión, y grandes empresas de consultoría. Unos datos más crueles cuando hablan del presente que cuando proyectan el futuro. Veremos.

BIBLIOGRAFÍA

Tejiendo la red. Tim Berners-Lee. Siglo XXI, 2000. La Galaxia Internet. Manuel Castells. Plaza & Janés, 2001. El trabajo flexible. Martin Carnoy. Alianza, 2001. La ética del hacker. Pekka Himanen. Destino, 2002. El código. Lawrence Lessig. Taurus, 2001. La depresión de Internet. Michael J. Mandel. Adriana Gómez-Ar-nau (editora). Financial Times/Prentice Hall, 2001. El ordenador invisible. Donald A. Norman. Paidós, 2000. La era del acceso. Jeremy Rifkin. Paidós, 2000.

DE INFORMÁTICA E INTERNET

Emulador. Palabra común que en informática designa la capacidad de una máquina o un programa para reproducir el comportamiento de otro dispositivo o programa. Hoax. Término inglés que significa broma maliciosa. En Internet hace referencia a los correos electrónicos que propagan un bulo o que anuncian un falso virus. ISP. Internet Service Provider. Así se llaman las empresas que ofrecen al cliente el servicio de conesión a Internet. Opt-in. Alta voluntaria. Término de enorme actualidad en el comercio electrónico. Se refiere a la inscripción en una lista para recibir correo electrónico comercial. La otra fórmula, opt-out, admite el envío de este correo siempre que se dé opción al receptor para darse de baja. Pirata. En español, aplicada a la informática, crea confusión ya que no distingue entre el hacker, que practica la intromisión en máquinas de terceros sin ánimo de robar u ocasionar daño, y el cracker, que sí lo causa. Programa espía. En inglés, spyware. Programa embebido en otro que se descarga sin advertirlo el usuario y que abre la puerta del ordenador a quien lo controle para recabar datos o usar el disco duro de forma remota. Spam. Envío masivo de correo comercial no solicitado. Tostar. Palabra común que en argot informático hace referencia a la copia de un compacto en una grabadora de ordenador. Muy utilizado para grabar archivos musicales. UMTS. Universal Mobile Telecommunications System. Es la tercera generación de telefonía móvil con prestaciones multimedia. Las operadoras obtuvieron unas licencias a precios muy elevados. La crisis ha retrasado su implantación.

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