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MERCADOS

Situación límite en la Bolsa

La acumulación de problemas provoca momentos de pánico

La bolsa cerró con una buena actuación el peor semestre de los 10 últimos años. El Ibex 35 siguió el pasado viernes la orientación general con una subida del 3,24%, la mayor del año, pero en el mes de junio pierde el 13,04% y en el semestre acumula una caída del 17,68%.

En el mercado se intentó olvidar que hay varias crisis abiertas y el pasado viernes se vivió lo que hace años se conocía como una 'sesión de maquillaje'. El Ibex 35 se anotó una subida del 3,24% que servía para atenuar las pérdidas y dejar mejor recuerdo para la reanudación de la actividad en el segundo semestre. El mes de junio ha sido el segundo más malo de la historia del Ibex 35 con una caída del 13,04% y, como llovía sobre mojado, el semestre ocupará durante mucho tiempo el primer lugar en la lista de las catástrofes particulares, con un descenso del 17,68%.

El esfuerzo que se realizó el viernes servirá para que algunas carteras ofrezcan un aspecto menos malo, pero apenas soluciona nada a los inversores, ya que la contratación de esa sesión dejó mucho que desear al situarse en 1.800 millones de euros en operaciones de mercado. La inversión particular estaba por 'esperar y ver' mientras los profesionales ponían algún remiendo donde hacía falta, pero al cierre ni siquiera había ganado peso la posibilidad de que se hubiera tocado fondo.

Para los inversores profesionales esa es la cuestión que les mantiene en una posición de ocio forzoso y que a cada reacción positiva del mercado les llena de nervios. La liquidez es un bien muy preciado en tiempos de crisis y la actual situación produce tanto respeto que es mejor 'mirarla de lejos', aunque se pierda alguna ocasión.

Los inversores particulares, aquellos que han puesto sus ahorros a disposición del capitalismo popular, la cuestión es muy diferente, pues son las pérdidas las que preocupan.

Los valores del Ibex 35 han perdido en seis meses casi 50.000 millones de euros de capitalización, más de ocho billones de pesetas de las de antes, y muchos ahorros han acompañado a esas sociedades en el viaje. El problema en este caso es el de recuperar lo perdido y, en conjunto, las perspectivas no son muy optimistas a corto plazo.

La acumulación de escándalos empresariales en Estados Unidos induce a pensar en prácticas contables más o menos consentidas, pero muy extendidas, lo que puede deparar nuevas sorpresas. En cuanto a la crisis argentina, el paso del tiempo no parece tener otro efecto que una gran capacidad de contagio a los países vecinos. En cuanto a los problemas de las operadoras de telecomunicaciones, la caída de sus cotizaciones va paralela a su capacidad para eliminar o reducir su abultado endeudamiento.

La posibilidad de que la capacidad que tienen esos problemas para reflejarse en las cotizaciones se haya agotado es, hoy por hoy, una simple hipótesis de trabajo.

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