El optimista 'oráculo' de Ellison
Oracle espera crecer por la muerte de sus rivales, dice el presidente
'Esto es una campo de matanza... A los supervivientes, las cosas nos irán muy bien'. Tras cerrar el primer ejercicio de sus 25 años de historia con menos ingresos y beneficios que el ejercicio anterior y pese a no atreverse a augurar una clara recuperación de la inversión en tecnología, de la que vive, hasta por lo menos el arranque del año próximo, Larry Ellison, presidente de Oracle, hace ondear la bandera de la rentabilidad para defender el 'futuro brillante' que le espera al segundo gigante mundial de software, que verá 'morir' a su alrededor a cada vez más competidores.
Son horas amargas, las más amargas, para el sector tecnológico. En el año fiscal que acaba de cerrar, Oracle ha visto descender un 23% los ingresos por software de bases de datos, el corazón de su negocio, que aún acapara un 79% del total y donde la competidora IBM, tras la compra de Informix, ha multiplicado la presión. Oracle ha asistido a la caída, aún mayor (de un 31%), de los ingresos procedentes de las aplicaciones, el filón donde la compañía busca la diversificación y el mayor crecimiento, que representan menos de una cuarta parte de la tarta y con vocación de acabar pesando un 50%. Su facturación por nuevas licencias ha disminuido un 25%, lo que da idea de la atonía del mercado. En total, las ventas de Oracle se han encogido un 12%, hasta situarse en los 9.700 millones de dólares, y el beneficio neto ha reculado un 15,4%, aterrizando en los 2.200 millones de dólares.
Algunos especialistas se preguntan hasta cuándo puede aguantar el jefe de Oracle con la tijera puesta sin recurrir a despidos masivos
Ellison pronostica la desaparición de sociedades como BEA Systems y Siebels, especializada en software empresarial
Pero todo es relativo. Ellison calificaba esta semana de 'extraordinarios' sus resultados, 'teniendo en cuenta el contexto económico', en un aparte con la prensa durante la conferencia que la compañía ha celebrado en Copenhaguen. Pese a los indicadores que miraban hacia abajo, el último trimestre del ejercicio fue de lo más celebrado: los resultados fueron mejores de los pronosticados por los analistas. También lo celebró el Nasdaq, donde la acción de la compañía incluso ha remontado en los últimos días hasta casi rozar los 10 dólares, cuando a principios de junio rozaba los 7.
Pero Ellison, con fama de excéntrico y de estar obsesionado por su eterno rival Bill Gates, no piensa en un regreso espectacular del gasto tecnológico a los mismos niveles de 1999. 'Fue una fantasía insostenible que acabó. Pero aún hacemos dinero', dice. De hecho, el margen operativo de Oracle, de un 37%, mejoró un par de puntos porcentuales respecto al año anterior. 'Algunos se equivocan al decir que ser rentable no es importante', ironiza Ellison, con una sonrisa de oreja a oreja.
Tras la bandera de la rentabilidad se esconde un esfuerzo mayúsculo por reducir costes. En tres años, el ahorro ha sido de 2.000 millones de dólares, sobre un total de costes de 6.000 millones, utilizando las mismas herramientas que Oracle vende a sus clientes para recortar los costes de las transacciones. Algunos analistas se preguntan hasta cuándo puede aguantar Ellison con la tijera puesta sin recurrir a despidos masivos (hasta ahora, se han limitado a unos pocos centenares, para una plantilla total de 42.006 empleados), si la demanda de tecnología no da muestras de alegría. Según Goldman Sachs, la inversión tecnológica puede crecer en los próximos 18 meses cerca de un 5%, frente a una tendencia histórica del 12%.
Para Larry Ellison, el mercado ha tocado fondo, pero, en todo caso, 'no necesitamos una recuperación de la inversión para crecer'. Según su presidente, a Oracle le basta con esperar el desvanecimiento de sus pequeños competidores, que sumaban centenares hace un par de años y que, al morir, concentrarán el mismo gasto a repartir entre los grandes: las americanas Oracle, IBM y Microsoft y la europea SAP. Además de las desfallecidas I2, Ariba o Commerce One, Ellison puso en el blanco a dos hasta ahora potentes operadores de nicho: BEA Systems y Siebel, especializada en software empresarial.
En este 'campo de matanza', Oracle quiere jugar algunas bazas estratégicas como sus aplicaciones cluster, que Ellison describe como los productos 'más rápidos, fiables y económicos' del mercado y que en esencia consisten en utilizar un mínimo de dos equipos Linux de bajo coste que trabajen juntos que garantizan evitar cualquier fallo en el sistema (si un nodo se cae, el otro toma el control de la tarea) y que permitan gestionar aplicaciones empresariales de envergadura.
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