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Crónica:FERIA DE ALGECIRAS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Lesión de Rivera Ordóñez

Rivera estaba confiado ante su primer enemigo, más bien le daba poca importancia al torearlo por naturales o, mejor, al llevarlo a su aire sin someterlo: la cogida fue rápida y seca, lo buscó en el suelo y allí le produjo el daño. Sufrió una luxación en el codo derecho y fue trasladado al hospital de Punta Europa para ser sometido a estudio, ya que no se desestimaban posibles complicaciones.

Accidentes apartes, la tauromaquia moderna está trufada de arcanos de difícil explicación: la corrida de Núñez del Cuvillo fue birriosa, pobre de cabeza, anovillada, de poca fuerza, o sea, aparentemente pensada para hacerle la vida agradable a los toreros. Pues no, porque los toretes eran inciertos, tenían un punto de genio y carecían de fijeza, por no hablar de nobleza y mucho menos de bravura. No es que estuvieran pregonaos, pero formaban un amasijo de querencias inconcretas capaces de despistar a unos matadores que están por lo bonito más que por lo reñido.

Núñez/ Rivera, Morante, Abellán

Toros de Núñez del Cuvillo, bastos, desiguales, despuntados, sin fuerzas ni clase. Morante de la Puebla: silencio en el que mató en lugar de Rivera Ordóñez; oreja; ovación y saludos. Miguel Abellán: ovación y saludos; oreja; y oreja. Rivera Ordóñez, asistido de una posible luxación en el codo derecho. Plaza de Las Palomas: 29 de junio, 6ª de abono, dos tercios de entrada.

El segundo -se corrió el turno y correspondió a Abellán- se partió el pitón izquierdo al caerse a principo de faena. El cuarto era un boyancón manso carente de hechuras que se hacía el despistado para coger de improviso al torero que, prendido y por los aires, se libró al no hacer carne el pitón. Estuvo trabajador y valiente.

El sexto lucía una embestida contradictoria, pues se desentendía del objeto al que aparentemente pretendía acometer. Había que haberlo dominado en su terreno en vez de cederlo quedándose en las afueras, dando a elegir entre bulto y muleta. Con tal desazón, hubo algún pase suelto mientras quedó toro y poco más. Tampoco es fácil entender la actitud de Morante, al que le vino grande un tercero sin importancia al que sólo le sacó detallitos sueltos, ligado con carreras, mientras que, ante la salida del quinto, se quedó impávido entre los pitones para ligarle las mejores verónicas. Era utópico pensar que el toro iba a llegar en condiciones al último tercio, que comenzó sentado, por lo que allí se fastidió el pasodoble.

Cogida de Mora

El diestro Juan Mora resultó herido ayer de gravedad, en Burgos, informó Efe, al entrar a matar al sexto toro al que le cortó las dos orejas y una más que consiguió de su segundo toro en la octava corrida de la Feria de San Pedro en la que también fue cogido menos grave Paco Ojeda.

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