El día más triste de Seve

El jueves fue, quizás, el día más duro en la carrera golfista del gran Severiano Ballesteros; ayer, probablemente, el día más triste. El jueves fue descalificado del Open de Irlanda; ayer, por primera vez en sus 28 años de carrera, renunció a jugar el Open Británico, que se disputa en julio en Muirfield (Escocia), el grande que le hizo grande, el torneo que ha ganado tres veces en su carrera (1979, 1984 y 1988).

Después de dos meses de reposo activo, y pletórico de moral por los indicios que le mostraban los entrenamientos, Ballesteros volvió el jueves a competir en el circuito europeo. Lo hizo en el Open de Irlanda. El jueves, en el hoyo 18º del campo de la isla de Fota, junto a Cork, en Irlanda, el mejor golfista español de la historia sufrió varias desgracias y un lapsus, todos ellos hechos sintomáticos de que no sólo los mejores tiempos de Ballesteros, de 45 años, están muy lejos; también la posibilidad de recuperar algo de su genio parece imposible. Las desgracias, que se resumieron en 12 golpes para cubrir un par 5, se llamaron un drive en el agua (no muy insólito) y tres chips más también al lago, junto al green (más extraño: Ballesteros puede haber perdido el swing, pero su juego corto sigue siendo aún de los mejores de siempre). El lapsus, fruto de su obsesiva concentración, de su testarudez, fue un error al anotar los golpes en su tarjeta: firmó un 10 en lugar del 12 real. Se percató en el hotel del error y se lo comunicó por teléfono al comisario, que, cumpliendo el reglamento, le descalificó.

Ballesteros, según los cables, abandonó taciturno y silencioso el campo después de su ronda de 89 golpes. No habló con los periodistas. Ayer se levantó aún deprimido y, por fax, comunicó al Royal & Ancient, organizador del Open Británico, una decisión histórica: su renuncia a jugar del 18 al 21 de julio en Muirfield un torneo en el que ha participado ininterrumpidamente desde 1975, pese a que no pasó el corte los seis últimos años; también se retiró del torneo de la próxima semana, el Open Europeo, en Dublín (Irlanda). Pese al silencio del golfista cántabro, los rumores sobre una inminente retirada llegaron ayer con insistencia desde la prensa británica.

Víctima de crónicos dolores de espalda y de la pérdida de su swing, Ballesteros está en el momento más bajo de su carrera. Esta temporada sólo ha pasado un corte en los cinco torneos que ha comenzado y no gana un título desde el Open de España de 1995.

El British fue el torneo que descubrió al mundo a Ballesteros y que descubrió el golf a España. En su segunda participación, en 1976, Ballesteros, de sólo 19 años, terminó segundo, a seis golpes de Johny Miller y empatado con el mítico Jack Nicklaus, después de llegar líder a la última ronda.