Ataque a dominicanos
El jueves por la tarde (20-6-2002), un grupo de cabezas rapadas del barrio del Pilar atacó al dueño y a varias personas que estaban tranquilamente en el bar terraza Puerto de Cariño. Mis amigos, mis hijos y yo, todos españoles, vamos allí a menudo a tomar el aperitivo o por la noche para relajarnos después de trabajar. Quiero expresar toda mi rabia e indignación ante estos hechos.
En ese momento no estábamos allí, pero cuando llegamos por la noche nos encontramos el suelo lleno de cristales y sangre. Nuestro amigo Henry, el dueño, estaba en el hospital operándose de urgencia por un navajazo. No puedo comprender qué daño pueden hacer unas personas que están trabajando, gente encantadora, amable y educada. Pero los cabezas rapadas son racistas y sólo que sean negros y dominicanos les produce odio y envidia; sí, envidia, porque son gente alegre, risueña, a los que les gusta la música y hablar de cosas.
Son gente íntegra y con una educación que ya quisieran tener los salvajes que les atacaron. El domingo anterior vimos juntos el partido en que ganó España y la fiesta era tremenda con el triunfo español.
¿Quiénes son los que deberían irse y dejar que los ciudadanos vivan en armonía? La respuesta es clara, pero el miedo a hablar de los que lo presenciaron es grande. Así nos va.