El Mundial de la sonrisa

Desde su burbuja, los dirigentes de la FIFA están encantados con lo sucedido en el Mundial de Corea y Japón. Los máximos dirigentes del fútbol mundial están felices por la organización del torneo y la aparente globalización de este deporte, que en su opinión dejará una estela considerable en el continente asiático, el más habitado, el de más posibilidades de desarrollo y consumo acorde.

Poco importa que el propio presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, reconociera ayer públicamente que 'en términos futbolísticos, este campeonato no ha sido lo mejor de lo mejor'. Tampoco el polémico y controvertido ejecutivo expresó demasiada preocupación por el coladero arbitral que ha dejado marcado el torneo. 'Debemos vivir con los errores de todos, técnicos, jugadores, directivos y árbitros', subrayó el directivo suizo, quien se mostró absolutamente contrario a la introducción de la tecnología como soporte de los jueces. En su opinión, si el fútbol se convirtiera en algo científico, 'se acabarían las discusiones y las emociones', y ello 'no sería beneficioso'. En un futuro, para mejorar al colectivo, la FIFA pondrá especial énfasis en la convocatoria de 'cursos de instrucción táctica y técnica'.

'En términos futbolísticos, este campeonato no ha sido lo mejor de lo mejor', admite Blatter

Al fin y al cabo, para Blatter el problema arbitral se ha amplificado demasiado, puesto que 'sólo en un 5%' de los 62 partidos disputados hasta ayer 'las decisiones de los árbitrajes pueden ser discutibles'. Para zanjar el tema, el suizo puntualizó que, en cualquier caso, él no se encarga de las designaciones, ya que en la FIFA, un colectivo 'democrático', esta misión corresponde a un comité de designación. Democrático porque, según Blatter, 'Brasil y Liechtenstein tienen el mismo peso y los mismos derechos'.

Respecto al escaso buen juego que se ha visto en el campeonato, el dirigente de la FIFA no se mostró especialmente contrariado. '¿Mal fútbol?, al Mundial han venido las mejores selecciones'. Lennart Johansson, el presidente de la UEFA, que acompañó a Blatter en su repaso del campeonato, deslizó que, en buena parte, la responsabilidad es de las federaciones, que 'son las que deben velar porque los equipos tengan más tiempo de preparación'. ¿Y cómo? 'Reduciendo el número de partidos en las distintas ligas', respondió el directivo sueco, eterno opositor de Blatter.

Tanto Blatter como Johansson se congratularon también por el hecho de que el campeonato haya servido para 'acercar' a dos países como Corea y Japón, que, además, han contribuido a que 'éste sea el Mundial de la sonrisa', por la 'buena' disposición de todos los organizadores. También destacaron que no se haya producido ningún caso positivo en los 240 controles antidopaje fectuados hasta ayer, la 'ausencia de problemas con los gamberros' y que 'se haya vendido el 94% de las entradas'. Otra cosa es que este porcentaje no se reflejara en la asistencia real a los estadios en uno y otro país por culpa de los graves problemas surgidos con la distribución de los boletos por parte de la firma Byrom, la consignataria de los mismos. Un asunto tan inquietante como el escaso rigor arbitral y la falta de buen juego. Problemas todos ellos que la FIFA, radiante por los aspectos organizativos y la onda expansiva del fútbol en países sin gran currículo, analizará más adelante en alguno de sus babélicos comités.