_
_
_
_
Crítica:CAETANO VELOSO | CANCIÓN | GREC 2002
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Supo a poco

Primer gran concierto de este apretado Grec: Caetano Veloso volvió a mostrar su genio indiscutible y sus enormes capacidades comunicativas en una actuación modélica llena de sensibilidad, matices y cambios casi radicales de ritmo.

Caetano Veloso es una bestia de escenario, su sola presencia sobre las tablas ya encandila. No es necesario que pronuncie ni una sola palabra (prácticamente no habló en todo el concierto) para tener a todo el público en el bolsillo y ponerle a vibrar con cualquiera de las innumerables vertientes de su arte musical. En el Auditori Caetano las expuso casi todas, todos esos Caetanos que se encierran en un solo Caetano. Pasó de una a otra sin solución de continuidad, con una pasmosa y reconfortante naturalidad y contando con la total complicidad de sus oyentes, que tanto aceptaban una balada melancólica como un rap preñado de la contundente batucada de las favelas, una poesía susurrada al oído como una apabullante descarga de percusión (¡cinco percusionistas acompañan a Caetano en esta gira!), canción, rock and roll y música contemporánea sobre ritmos ondulantes de bossa nova.

Caetano Veloso

L'Auditori, 26 de junio.

Caetano, apabullante, polifacético y radiante arrasó por todo lo alto. Pocas veces un concierto ha concluido por aquí con tal atruendo de aplausos y vítores, como si el Auditori se viniera abajo. Una ovación de gala con todo, absolutamente todo, el público puesto en pie, que duró más de 10 minutos y sólo se aplacó, y de mala gana, cuando desde el control de sonido comenzaron a poner música disuasoria y unos esmerados técnicos se dedicaron a desmontar el escenario. Caetano había ofrecido un par de bises, pero supieron a poco, como supo a poco todo el concierto, y el público quería más pero el brasileño decidió no reaparecer, ni siquiera para saludar, a pesar del caldeado ambiente. Así lo que eran aplausos de gratitud acabaron convertidos en una pitada de enfado por la aparente racanería del artista. Al salir el público exteriorizaba un doble sentimiento: la alegría de haber disfrutado como pocas veces y el enfado por la negativa de Caetano de volver al escenario.

El concierto servía de presentación del último disco de Veloso Noites do norte ao vivo (en realidad una grabación del concierto de presentación de su anterior disco Noites do norte). Caetano prácticamente se ciñó al repertorio del plástico, reduciendo algo su duración y añadiendo en la primera parte un par de concesiones a la galería hispana: Angelitos negros y Cucurrucucú Paloma. Comenzó la noche con fuerza y electricidad. Zumbi y Haiti marcaron dos picos ya muy altos nada más comenzar. Cuando el ambiente estaba caldeado por el ritmo Caetano lo rompió drásticamente con una interpretación suave y acariciante a medias con el violonchelo de Jaques Morelenbaum y cuatro canciones con el solo acompañamiento de su guitarra (ahí entraron los dos temas en castellano) para pasar nuevamente, de la mano del contundente Rock and Raul, a los temas de su último directo combinando fuertes percusiones con ritmos tremendamente bailables. Noventa minutos imparables que se coronaron con un par de bises, el primero, para no olvidar las raíces, un Tropicalia a ritmo desenfadado y que todo el público coreó con los brazos en alto. Fue la apoteosis final de un concierto apoteósico.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_