Neptuno y Cibeles se unen contra el maltrato sexista

Eran muchos trajes de novia. Los había para todos los gustos. Desde clásicos incuestionables hasta provocativos. Eso sí, siempre inmaculadamente blancos. Muchas mujeres se sumaron espontáneamente con sus propios vestidos cuando diferentes organizaciones feministas llamaron a la convocatoria. Pero más de 100 vestidos habían venido desde Brasil, donde la artista plástica Beth Moysés controla estos atuendos por sus acciones anteriores.

'Podría haber contratado actrices, pero mi trabajo siempre tuvo la verdad como principio. Necesito mujeres que realmente tengan esa intención de cambio, ya que ese sentimiento hace parte del trabajo', dice Moysés, para quien ser artista es 'poder contribuir de alguna manera con la sociedad'.

Los vestidos venidos desde el otro lado del Atlántico servían igualmente aquí. Lo que hubo que cambiar fueron los símbolos. Pero la cosa salió que ni pintiparada. Aquí la diosa Cibeles y el dios Neptuno se lo pusieron fácil a la artista brasileña. 'Cibeles es la protectora incuestionable de la mujer, símbolo de la fecundación a través de la transformación', explicaba Moysés, 'y Neptuno, el único dios que a través de las aguas tenía el poder de combatir contra toda y cualquier violencia'.

Durante el recorrido siguieron los símbolos. Las mujeres llenaron el camino de pétalos de rosas. Tras visitar al dios Neptuno, echaron las espinas, con gesto y actitud de rechazo, a las papeleras del paseo del Prado: 'Nada mejor que tirar las espinas ante Neptuno, defensor de las injusticias', proseguía Moysés.

Junto a ellas hicieron el recorrido compañeras de diferentes grupos feministas que participaron en la performance y espontáneas, de muy diversas edades, que querían apoyar el evento. El objetivo se había cumplido: 'Tocar el corazón de las personas, no silenciar lo que está pasando y comunicarlo abiertamente, porque es la manera de conseguir la fuerza que necesitamos hoy las mujeres para denunciar lo que está pasando'.