'Veo la vida como un gran filme en el que yo soy el protagonista'

Con su grupo, Suede, Brett Anderson sacó brillo a las barriadas inglesas en unas primeras canciones, hace ya diez años, que dieron vida al britpop. Heredó de David Bowie la ambigüedad sexual y tornó glamourosa la estética decadente. Tres superéxitos sucesivos -el debú, Suede, Dog man star y Coming up- fueron rematados, sin embargo, por Head music, un disco ignorado en 1999. Suede perdió el norte distraído por la popularidad de Oasis y Blur, problemas de salud y abuso de drogas. La recuperación ha sido lenta y costosa. El grupo tiró a la basura un disco grabado con Tony Hoffer, productor de Beck, y arrancó de nuevo, en diferente estudio y con distinta producción, a principios de año. A new morning -con un coste estimado en 1,5 millones de euros- sale al mercado el próximo mes de septiembre. Contiene joyas como Lost on TV, Obsessions y Positivity.

'A new morning' es un buen trabajo en el que por primera vez expreso exactamente cómo me siento'

Anderson, de 34 años, vuelve a estar en plena forma. Actuó con el resto del quinteto hace unos días en Londres en un concierto que marcó el retorno triunfal de una banda que se daba por difunta. En agosto visitarán el Festival de Benicássim con un repertorio a la carta de títulos elegidos por el público y temas de A new morning. 'Quiero que los fans sientan que aportan algo. Me gusta la interacción entre la audiencia y las bandas', dice en su local de ensayos.

Pregunta. ¿Se vio en la cuerda floja en plena crisis de la industria?

Respuesta. Ha sido un disco muy difícil. Empezamos a componerlo hace dos años y medio, y cuando estaba básicamente terminado, lo tiramos a la basura. Había un desequilibrio entre las canciones y la producción. Eran demasiado orgánicas para el tipo de sonido electrónico que buscábamos. Lo desechamos y empezamos de cero. La discográfica y nuestro mánager gruñeron y presionaron para que lo sacáramos. Esto es un negocio, pero la decisión es nuestra.

P. Debió ser humillante reconocer el fracaso.

R. No se puede asumir que todo lo que tocamos es automáticamente brillante. Hay que tener la fuerza y el carácter para reconocer un error. Fue un momento crítico, pero un paso necesario. Me alegro de haberlo dado. Inyectamos energía y pasión genuinas, y en ocho semanas el disco quedó listo.

P. ¿El título, Una mañana nueva, se refiere al volver a empezar?

R. Denota optimismo. La sensación de levantarse por la mañana, con el sol brillando y las cosas en el sitio correcto. He atravesado muchos momentos oscuros en mi vida y siento que por fin los he superado. La promoción de Head music fue dífícil por los problemas de salud del guitarrista Neil y la cantidad de drogas alrededor. Pensé que la banda no sobreviviría. Neil nos dejó, y con su sustituto, Alex Lee, recuperamos la energía y el entusiasmo.

P. En el disco suena enamorado y decepcionado de la vida.

R. Sí, ése soy yo. Tengo un lado tristón que me lleva a distanciarme de la vida y sentir una gran decepción. Esta faceta se templa con las ganas de extraer lo mejor de la vida. Intento verla como un gran filme o un libro en los que yo soy el protagonista.

P. ¿Celebra el décimo aniversario de Suede habiendo cumplido sus expectativas?

R. Estoy orgulloso de los discos y de lo que hemos conseguido. Pero no me gusta detenerme en el pasado, prefiero mirar al futuro. Esta industria es bastante claustrofóbica, basada en modas pasajeras y obsesionada con aupar a un artista para luego tumbarlo de golpe. Cuando has sobrevivido 10 años no te preocupas demasiado.

P. Su retorno coincide con el de Oasis. ¿Entramos en la segunda fase del britpop?

R. Ninguno tendremos el mismo impacto que en los noventa. Tampoco se me ocurre peor cosa para el mundo que el retorno del britpop. En la movida actual, va a ser duro para Suede y no me hago ilusiones al respecto. Estoy orgulloso del disco; es un buen trabajo en el que por primera vez expreso exactamente cómo me siento. No hay nada artificioso y es una declaración natural de dónde estoy como ser humano. Si no compite con otros discos me sentiré descontento, pero sabré que he preservado la dignidad.