Funcionarios de prisiones califican de 'deplorable' la cárcel de El Acebuche
Cuatro internos murieron por sobredosis en cinco meses
En tan sólo cinco meses han muerto en la prisión almeriense de El Acebuche cuatro internos por sobredosis de droga. La última víctima, un preso de 24 años, J. G. H., moría la pasada semana y la autopsia revelaba la ingestión de pastillas de algún compuesto psicotrópico en mal estado. El sindicado CSI-CSIF, que califica la prisión de 'deplorable', advierte, además, de que falta personal: sólo cinco funcionarios controlan unas 100 visitas a presos cada fin de semana.
El senador socialista Diego Asensio dirigirá una pregunta al Ministerio del Interior por las muertes por sobredosis, que considera 'intolerables'. Asensio, además, preguntará si se han previsto medidas para prevenir el tráfico de drogas en la prisión.
Los sindicatos afirmaron que la dirección de la prisión ha pedido al Ministerio de Interior la construcción de un área de comunicaciones para 'tener un control' de las personas que acceden a ella. 'Sobre ese informe no se ha tenido respuesta y lo cierto es que detectar pastillas es bastante complicado si el individuo las lleva dentro de su cuerpo', sostiene el delegado de CSI-CSIF, Francisco Iglesias.
El tráfico de estupefacientes en El Acebuche es sólo la punta del iceberg en una larga retahíla de carencias y limitaciones que los funcionarios de prisiones vienen denunciando desde años atrás. La barrera de control de acceso a la cárcel, solicitada con insistencia al ser considerada una medida de seguridad esencial, lleva cuatro meses embalada y sin colocar porque el centro carece de un muro que circunde el edificio donde poder instalarla. Los funcionarios han llegado a sorprender a personas 'grabando' con vídeos en el aparcamiento donde los trabajadores dejan sus vehículos. Además, el circuito cerrado de televisión está roto desde hace años.
Técnicos en seguridad y prevención de riesgos laborales realizaron una inspección al centro (de la que todavía no han emitido informe) y pudieron comprobar cómo, uno de los archivos de la prisión está ubicado en una zona de la enfermería destinada a los internos infectocontagiosos, sobre la camilla de curas está instalada la salida del aire acondicionado y, cuando llueve, hay goteras y cortocircuitos. 'A todo esto se añade que cuando llueve, las numerosas goteras provocan cortocircuitos eléctricos y la consiguiente inundación de uno de los pasillos centrales del edificio', apuntó Iglesias.
La Inspección de Trabajo, por su parte, cuenta ya en su haber con tres denuncias sobre la situación de la prisión sin que la última de ellas se haya visto acompañada de la visita pertinente a las instalaciones. 'La Inspección, después de haber estado en dos ocasiones, ha pasado de venir una tercera. Todavía estamos esperando su visita', insistió el representante del CSI-CSIF.
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