Marmolejo recupera su balneario
Apuesta pública en las aguas medicinales por las que pasaron Chaplin y Rodolfo Valentino
Desde que la reina Isabel II declarase sus aguas de interés público, el balneario de Marmolejo (Jaén) ha vivido etapas de esplendor y de oscurantismo. Desde su descubrimiento a finales del siglo XVIII, las aguas mineromedicinales llegaron a ser famosas en todo el mundo y fueron distinguidas en las Exposiciones Universales de Barcelona (1888), París (1900) y Londres (1914). Entre sus visitantes ilustres figuraron Charles Chaplin y Rodolfo Valentino. Tras un infructuoso periodo en manos privadas, el balneario ha sido recuperado por la iniciativa pública, que proyecta una ambiciosa inversión para relanzar una instalación que, a principios del siglo XX, se convirtió en uno de los principales referentes turísticos de Andalucía.
El Ayuntamiento de Marmolejo, que adquirió el balneario el año pasado por 200 millones de pesetas, ha implicado en el proyecto de rehabilitación y modernización de las 12 hectáreas de superficie de estas instalaciones a varias instituciones públicas. Así, el Ministerio de Fomento ha comprometido una inversión de 450.000 euros en la recuperación de los manantiales del río y el acondicionamiento de las galerías de acceso. La Diputación Provincial, merced al convenio que se firmará la próxima semana, aportará otros 120.000 euros para arreglar los accesos del balneario.
La Consejería de Cultura ha comunicado que actuará en la rehabilitación del puente renacentista existente junto al balneario, mientras que a la de Medio Ambiente se le ha pedido la cesión de la vía pecuaria que rodea el entorno.
'Queremos cambiarle la cara al balneario, ponerlo nuevamente en valor y después adjudicar su gestión a una empresa que nos garantice que lo va a convertir en el referente turístico que ya fue hace muchas décadas', asegura el alcalde de Marmolejo, el socialista Cristóbal Relaño. De alguna manera, las autoridades locales quieren que el municipio adquiera nuevamente el auge que tuvo en el primer tercio del siglo XX, cuando la masiva afluencia de visitantes al balneario propició la construcción de hasta 14 hoteles. Además, Relaño recuerda que el municipio llegó a contar con estación de ferrocarril y tranvía, en principio tirado por caballos y más tarde de forma mecánica.
Los manantiales de donde emanan las aguas del balneario de Marmolejo se descubrieron en el año 1794. Como el Ayuntamiento no disponía de recursos suficientes para mantener la instalación, llevó a cabo una subasta pública que culminó con la adjudicación al empresario Eduardo León y Llereno, que fue quien explotó la instalación al turismo nacional. De las propiedades curativas de este agua se hicieron eco los más prestigiosos médicos del país, entre ellos Balbino Quesada, miembro de la Real Academia de Medicina de Madrid. Hasta Marmolejo llegaron entonces usuarios de toda la geografía española y de otros países, puesto que el balneario tuvo una amplia difusión en las Exposiciones Universales de Barcelona, París y Londres.
A partir de la década de los sesenta del pasado siglo el balneario entró en una etapa de declive por las desavenencias entre sus nuevos propietarios y las autoridades provinciales, enfrascados en una batalla legal para reivindicar la titularidad del manantial de la Fuente Agria. Su última etapa también ha estado presidida por la polémica, pues sus últimos gestores habían acumulado un buen número de embargos y no fueron capaces de hacer viable el balneario. Consciente del auge del turismo de balnearios en España, el Ayuntamiento de Marmolejo ha tomado la iniciativa para devolverle al balneario, la principal seña de identidad de este municipio de la Campiña norte jiennense, el esplendor que tuvo en el periodo comprendido entre el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX.
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