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HUELGA GENERAL CONTRA EL 'DECRETAZO'

El líder del PSOE asegura que el 'éxito' de la huelga es de los sindicatos y de los ciudadanos

A las siete de la mañana el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, escuchaba la radio cambiando el dial para saber el sentir de las distintas emisoras. 'Parecía que hablaban de dos países diferentes'. A las ocho y cuarto salió de su casa, en una urbanización a las afueras de Madrid. 'La carretera de La Coruña iba más despejada que otras mañanas y me llamó la atención que había más coches que nunca de salida de Madrid'. Esta impresión que desliza el líder del PSOE quiere obviamente remarcar que había ciudadanos que emprendían la marcha hacia sus segundas residencias, como si de un sábado se tratara.

Pero al mediodía, cuando hablaba con este periódico, Zapatero no dudaba en proclamar 'la importante protesta social', traducida en un 'paro masivo'. El líder socialista pasó media mañana en el Congreso y después se trasladó a su despacho en la madrileña calle de Ferraz. A esas horas ya había escuchado que él era el instigador de la huelga y, por tanto, el fracasado, toda vez que para el Gobierno no ha existido tal paro. 'Aznar dijo el miércoles que yo había hecho dejación de mi tarea y había dejado la oposición en manos de los sindicatos; hoy yo soy el responsable y el muñidor de la protesta. ¿En qué quedamos?'.

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Mientras juguetea con una chapa de UGT con el lema 'huelga general' Zapatero cabecea al decir que 'el Gobierno no se entera de nada' si cree que el PSOE puede 'mandar sobre UGT y CC.OO', pero también patina si estima que los sindicatos pueden inmiscuirse en la estrategia de su partido, añade. 'La huelga la han convocado los sindicatos y ha sido un éxito por ellos mismos y por los ciudadanos de este país', asegura.

El PSOE no habrá convocado la huelga pero no hay duda de que su dirección y sus bases están especialmente alegres. Y así se puso de manifiesto en el almuerzo que Zapatero tuvo en la misma sede de Ferraz con varios colaboradores. José Blanco, Jordi Sevilla, Álvaro Cuesta, Trinidad Jiménez, Carmen Chacón, Alfredo Pérez Rubalcaba y Julián Lacalle compartieron una comida en una solitaria sede, ya que el 90% de los trabajadores del PSOE hicieron huelga y echaron el cierre de la calle. Sobre el radicalismo que le atribuye el Gobierno, el líder socialista no aparenta inquietud. 'Yo estoy en la socialdemocracia y el Gobierno está en el radicalismo de la derecha más antigua; debe rectificar porque eso es muy sano en democracia'. Zapatero, sin embargo, no tiene dudas de que 'habría que evitar las huelgas generales' y recuerda el 'desgarro' con el que vivió el paro general de 1988 contra el Gobierno socialista.

No es lo mismo, claro, comentó Zapatero con sus cercanos. En esa reunión se evocó la fecha y se afianzó la idea de que entonces también la patronal 'apoyó' la huelga. Felipe González telefoneó ayer a Zapatero para preguntarle sus impresiones. 'No sé que dirá Aznar, pero sí sé lo que dijo Felipe en la noche del 14-D: reconoció el duro golpe para el Gobierno'. Si Aznar no rectifica 'emprenderá un camino de difícil retorno', auguró Zapatero antes de ir a manifestarse.

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