_
_
_
_
Crónica
Texto informativo con interpretación

Italia despliega la liturgia

Aferrándose al fetiche del 'módulo', Trapattoni conjura los recuerdos negativos asociados a Corea

Carlos Arribas

'Anda tranquilo', le dice Giovanni Trapattoni al oído a un Del Piero con cara preocupada. 'Jugamos con el cuatro cuatro tres menos uno'. Es el chiste gráfico de La Repubblica de ayer. Es el resumen perfecto de la Italia que espera desvelada, pero serena, el partido con Corea del Sur, la puerta de un futuro que después les ofrece España. El 4-4-3 (menos uno) que promete Trapattoni, el técnico que se hace famoso por su botella de agua bendita debajo del banquillo, es el módulo. Y el módulo es, en Italia, la palabra mágica que todo lo resuelve en el fútbol, el fetiche que todos adoran.

El módulo es la táctica. Es el asunto de debate, el tema central de la liturgia de una selección italiana que quiere conjurar todos los fantasmas que perviven de 1966, de la otra Corea, la del Norte: el 1-0 de Pak Doo Ik, el dentista de Pyongyang; la eliminación del Mundial de Inglaterra. El módulo está por encima de los nombres, pero está hecho de nombres. Y los nombres pueden ser intercambiables (pero no todos). Y también el módulo se puede cambiar (pero no mucho).

Más información
Galerías fotográficas:: Las mejores imágenes del Mundial
Gráfico animado:: El reglamento
Selecciones:: Italia
Selecciones:: Corea del Sur

El problema no son las dos primeras líneas, los cuatro de la defensa (aunque Nesta, el sacrificado que juega infiltrado arriesgándose a una grave lesión, tenga que ceder el sitio definitivamente a Iuliano), ni tampoco mucho los cuatro de la segunda, los del centro del campo que suelen acabar el partido con tortícolis (están para ver pasar el balón por arriba, camino de la portería rival o de regreso a su defensa, y, como mucho, para pelearse por su recuperación): los nombres que se discuten son los de los buenos, los de los delanteros.

Italia empezó espectacularmente con el 4-4-1-1, con Totti y Vieri ante Ecuador; después, cuando quiso tirarse el pegote y ante Croacia apareció con el 4-3-1-2, con Totti, Vieri e Inzaghi, fracasó. Y sólo se recobró cuando se recuperó Del Piero, el jugador que, solitario, cantaba blues y junto a Montella, el otro delantero triste, levantó el partido contra México.

Ahora que Del Piero está contento, el problema en Italia la víspera, también destinada a ensayar los penaltis (a elegir a Vieri, Del Piero, Totti, Zambrotta y Panucci como cinco titular para el caso de desempate), es la tristeza de Totti. Del delantero del Roma nadie duda, pero él se queja. Quiere que la prensa le vuelva a mitificar. Tiene celos, en el fondo, de Del Piero. Pero volverá a jugar a su lado. Será la resolución definitiva del módulo, el 4-4-3 (menos uno). En el 3 están Totti y Vieri: el menos uno es Del Piero, lo que quiere decir que jugará él, que es un delantero, pero jugará atrás, con los que giran el cuello hacia el cielo para ver caer la pelota.

Y con todos estos debates los italianos se ha aislado de lo más importante, del miedo a Corea del Sur, pese a que las televisones locales no hacen más que repetir (en su honor) las imágenes en blanco y negro de 1966 y la victoria de sus hermanos del Norte.

Y, por si todo ello no fuera suficiente, también en la liturgia italiana de preparación han entrado árbitros y linieres. Después de lo que consideran errónea anulación de tres goles por fuera de juego, el presidente de la federación, Franco Carraro, no ha ahorrado energías para conseguir de la FIFA un árbitro de consenso: el ecuatoriano Moreno, acompañado en la banda por el húngaro Szekeny, famoso imitador de Collina (calvo) que actuó en el tumultuoso Roma-Galatasaray en el estadio Olímpico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_