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Potencias desafiadas

Brasil sufrió ante Bélgica, a la que el árbitro anuló un gol por una falta imaginaria - EE UU tiene un presidente 'vidente': Bush llamó a Arena y le dijo que no entiende de fútbol, pero que 'veía' el triunfo sobre México

Santiago Segurola

Si las potencias de toda la vida quieren ganar el Mundial tendrán que superar dificultades imprevistas. En un torneo que ha dejado fuera a Francia y Argentina, los favoritos han pasado a los cuartos de final con señales de emergencia. España tuvo que esperar a los penaltis para superar a Irlanda y Alemania se impuso a Paraguay en el último minuto.

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De Brasil se esperaba cualquier cosa menos un sufrido partido ante Bélgica. Sufrió; tuvo la consideración del árbitro, que se inventó una falta para anular un gol de Wilmots, y necesitó dos detalles de Rivaldo y Ronaldo para ganar con poco juego. Horas antes, Estados Unidos daba cuenta de México en una de las muchas sorpresas del torneo.

A Brasil se le vio vulnerable ante Bélgica, equipo que había entrado en barrena en los últimos diez años. Su pésima actuación en la Eurocopa 2000 causó alarma. Bélgica tuvo sus momentos en el fútbol, principalmente en los años ochenta, y nunca le faltaron jugadores. Primero fue Van Himst, luego Van Moer, más tarde Pfaff, Ceulemans o Gerets. Tampoco le faltó un estilo; no el más atractivo, desde luego, pero estilo al fin. Era un equipo defensivo y rocoso al que nadie quería tener enfrente. Luego, vino el silencio y la decadencia. O eso parecía. Frente a Rusia y, ayer, Brasil, recordó a los viejos equipos belgas. Brasil no recordó a nadie. Se enredó en un juego confuso y tuvo menos oportunidades que Bélgica, encabezada por el fenomenal Wilmots, un centrocampista veterano que ha recibido menos atención durante su carrera de la que merecía.

Wilmots marcó con un perfecto cabezazo, anulado por el árbitro, y luego puso a prueba a Marcos, el portero brasileño, decisivo en dos intervenciones que salvaron a su equipo. Pero Rivaldo y Ronaldo son una garantía, cualquiera que sea la prestación de Brasil. Ya en la segunda parte, cuando comenzaba a pensarse en una grandiosa sorpresa, Rivaldo anotó uno de sus goles típicos: gran control con el pecho, luego el pie izquierdo, el giro y el remate. Le ayudó que ningún belga se tomara la amenaza en serio -nadie le molestó- y que la pelota saliera desviada tras golpear a un defensa. Para evitar complicaciones, Ronaldo marcó su quinto gol en el torneo. No es el mejor Ronaldo, pero todavía es letal.

En México se había desatado la euforia con su selección, primera en su grupo en la primera ronda. Su duelo con Estados Unidos no despertaba inquietud pese a su condición de vecinos, lo que siempre añade elementos emotivos. Pero, a pesar de la precaria relación de los norteamericanos con el fútbol, ni en Estados Unidos se han podido sustraer a las buenas noticias de su equipo en el Mundial. Antes del encuentro, el presidente Bush llamó al entrenador, Bruce Arena, y le dijo que de fútbol no entiende nada, pero que veía muchas posibilidades de ganar. Un presidente vidente: Estados Unidos ganó a México y continúa su camino por este Mundial difícilmente gobernado por las potencias de toda la vida.

Rivaldo, haciendo ondear  su camiseta, celebra junto a Ronaldinho el primer gol de Brasil a Bélgica.
Rivaldo, haciendo ondear su camiseta, celebra junto a Ronaldinho el primer gol de Brasil a Bélgica.REUTERS

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