Goleada a los prejuicios
El ex delantero del Salamanca y el Deportivo se abre al fin paso en el cuadro portugués
Pedro Miguel Carreiro, Pauleta, ha vencido finalmente los prejuicios que pesan sobre los jugadores portugueses que se escapan de la órbita del Benfica, el Oporto y el Sporting de Lisboa, la gran trinidad lusitana. Nacido hace 29 años en las islas Azores, la primera parte de su carrera discurrió por caminos secundarios. Primero, en el Unión Micaelense, en sus islas natales, y luego en el Estoril, un equipo sin tradición en el fútbol portugués. Aquella época coincidió con la llegada de Juan José Hidalgo a la presidencia del Salamanca. A Hidalgo le dio un súbito ataque por los futbolistas portugueses y los fichó a pares. Uno de ellos fue Pauleta, que ingresó en el club en 1996, cuando el Salamanca militaba en la Segunda División.
Aquel desconocido no dejó pasar la oportunidad. En su primera temporada marcó 19 goles. El Salamanca subió a Primera el año siguiente, con Pauleta como delantero. Tampoco le fue mal: 15 goles. Algunos equipos tomaron nota y más que ninguno el Deportivo, que andaba a vueltas con la sucesión del brasileño Bebeto. Pauleta fue uno de los elegidos para sucederle. Sin embargo, nunca pudo instalarse como titular en un equipo en el que vivió dos años muy diferentes. En el primero formó parte de la torre de Babel que fue Riazor. En el segundo, el Depor conquistó la Liga con una contribución de ocho goles por parte del delantero portugués. Pero ni era titular ni se sentía en condiciones de serlo. Tampoco era un favorito del público. Decidió marcharse.
Su destino fue el Girondins de Burdeos, en el que se ha destapado en los dos últimos años. En su primera temporada anotó 20 goles. En la segunda ha marcado 22, cifra que le ha convertido en el máximo goleador del campeonato francés. Su reputación ha crecido hasta el punto de ser designado jugador del año en Francia por la Asociación de Futbolistas.
Su lento ascenso en la escala del fútbol hizo que su debú en la selección portuguesa se produjera con casi 25 años. Tampoco en su país parecía el elegido para ocupar el puesto de delantero centro. En la Eurocopa 2000 fue el suplente de Nuno Gomes, el prometedor delantero del Benfica que terminó enrolado en el Fiorentina. Pero, en el Mundial, el seleccionador, Oliveira, no ha tenido dudas entre los dos: escogió a Pauleta y le ha mantenido a pesar de las críticas que recibió el delantero tras la derrota ante Estados Unidos. En el segundo partido, Pauleta ha respondido a la confianza con aquello que le ha distinguido durante toda su carrera: los goles. Tres, en concreto, frente a Polonia.
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