Maragall dice que es posible sustituir las diputaciones por la Generalitat

El líder socialista Pasqual Maragall aseguró ayer en Castellgalí (Bages) que las diputaciones se pueden suprimir si Cataluña cuenta con un Gobierno que ejerza sus funciones, una afirmación dirigida a quienes desde CiU afirman que el PSC no quiere ceder el poder que tiene gobernando en la Diputación de Barcelona. Maragall hizo un llamamiento a las comarcas de la Cataluña central para que se pongan de acuerdo y vean los beneficios de trabajar conjuntamente en una misma región.

El aspirante a la presidencia de la Generalitat, que ayer hizo parada en el Bages en su nueva gira por Cataluña, apeló a la 'conciencia estratégica' para que las comarcas se pongan de acuerdo, porque el beneficio común les interesa a todas.

Maragall sigue creyendo en la división territorial en seis regiones que propuso el informe Roca, propuesta que no cuenta con adeptos en las filas del Gobierno de CiU. No sólo apuesta por esta división, a la que añade la región del Pirineo, sino que ayer solicitó desde el Bages que las comarcas, los pueblos y las ciudades de este territorio se pongan de acuerdo para trabajar conjuntamente en esta línea. 'Ahora tenéis una ocasión histórica para hacer lo que Pau Vila planteó en el 1937, y que duró muy poco, pero que se tenía que volver a hacer, a pesar de que en los más de 20 años de democracia y autonomía no hemos sido capaces de dibujar la división de Cataluña', afirmó.

El líder socialista está convencido que la decisión de crear la región administrativa de la Cataluña central depende de esta misma región y advirtió que los otros interrogantes que pueda haber sobre la posibilidad de consolidar una nueva división territorial 'no serán un problema', cuando haya un Gobierno presidido por él. 'Y os aseguro', añadió, 'que la Diputación de Barcelona, que ha hecho realmente de Generalitat en los pueblos de la provincia, es un tema que tiene solución, y que lo tendrá el día en que la Generalitat haga lo que ahora hace la Diputación'.

Ante unas 500 personas, entre las que se encontraban numerosos alcaldes y el presidente de la Diputación, Manuel Royes, Maragall apostó por un cambio en la distribución de poder de los distintos niveles de administración y para encontrar un modelo administrativo que dé más libertad de acción.